El viaje de Juan Pablo II a España en 1982: Días inolvidables que muchas personas todavía tienen en el corazón

"Testigo de Esperanza" fue el lema de ese viaje en el que el Pontífice visitó 18 ciudades e hizo 57 discursos. Una visita para la historia que dejó momentos inolvidables

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Santiago Tedeschi Prades

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Era el 31 de octubre de 1982. Soleada tarde de otoño en el aeropuerto de Barajas, temperatura agradable y mucha, muchísima emoción. Por primera vez en la historia un Papa católico, Juan Pablo II, besaba el suelo español. Un viaje que fue retrasado varias veces, la primera por el atentado de Alí Agca, pero que por fin se pudo realizar.

La frase “Testigo de Esperanza” fue el lema de esa visita apostólica que quedó organizada con visitas a 18 ciudades con un total de 57 discursos. Una visita para la historia que dejó momentos inolvidables: la Misa en Plaza de Lima en Madrid, el encuentro con los jóvenes en Santiago, la beatificación de Sor Ángela de la Cruz y por último el discurso europeista en Santiago.

Un viaje que dejó momentos y discursos para la historia que se deberían volver a ver y leer y que siguen estando muy presentes en los corazones de las personas. ¿Cómo se vivieron esos 10 días en la redacción de la Cadena COPE?

Un recién llegado de Valladolid, Andrés Barriales era el jefe de programación ese año: “Le pilló a la emisora técnicamente muy pobre, pero de un animo extraordinario y todo el mundo respondió fenomenalmente bien: todas las emisoras de COPE y sobre todo aquellas en las que pasó la visita del Papa”. El periodista se queda, de todos esos días, “con la satisfacción de no contar con los medios que ahora tenemos y que, sin embargo, todo salió absolutamente sin un solo fallo”.

Uno de los actos más importantes de esa visita fue seguramente el encuentro con los jóvenes en el Santiago Bernabéu. Ignacio Vicens fue el arquitecto madrileño que diseñó los altares provisionales en las visitas de los papas a España, pero ese año, el 1982, fue seguramente el más especial.

Después de todos esos meses de trabajo, ¿qué le dijo Wojtyla el día después a Ignacio Vicens? Algo que el mismo arquitecto no va a olvidar nunca en su vida: “Me comentó que había sido un acto que no iba a olvidar mientras iba a vivir”. Y eso fue: “Cuando vino por última vez a España, pude despedirme de él cuando ya iba a coger el avión y nada más verme me dijo: “Bernabéu”. Esto es algo que no puedo repetir sin emocionarme. Es cierto aquello que dijo: no lo olvidó mientras vivió”.

Tras los primeros actos en Madrid, el Papa polaco viajó a Toledo. Medio millón de personas lo esperaban en el barrio de Santa María de Benquerencia.

Allí presidió una Misa que Juan Díaz, en aquel entonces seminarista, se acuerda perfectamente. Pero la anécdota que recuerda Juan no es de ese día, sino de la noche anterior. ¿Qué paso en el seminario de Toledo? Juan no se lo podía creer: “El rector del seminario se dio cuenta de que no se había preparado un libro de firmas para el Santo Padre y me pidió a mí que me encargase de elaborar una primera página, con una letra gótica, con un texto que él me dio, para que el Papa pudiera inaugurar el libro de firmas del seminario. Pasé toda la noche dibujando una orla, rotulando el texto con la letra que me había dicho, para que el Papa, al día siguiente, pudiera poner su firma en la primera página”.

Entre las ciudades que visitó Juan Pablo II en España también estuvo Zaragoza. Tras visitar Loyola y Javier, el Papa polaco aterrizó en la capital de Aragón por la tarde y vivió 3 actos en muy pocas horas.

Wojtyla estaba ya agotado y Atiliano Rodríguez, actual obispo de Sigüenza-Guadalaja, recuerda una anécdota que pasó por la noche, después de la cena en el arzobispado. Algo pasaba en la Plaza de la SEO de Zaragoza que no dejaba dormir al Papa: “El día había sido agotador, el Papa estaba muy cansado y un grupo de cofrades de Zaragoza se reunieron y le ofrecieron al Papa una gran tamborrada. Allí estuvieron tocando unos 15-30 minutos y el Papa dijo que quería saludarles. Salió al balcón para agradecerles el cariño que le estaban manifestando y al final preguntó: ¿Y los aragoneses cuándo duermen?

También la ciudad de Valencia vivió, en ese viaje de hace 40 años, un acontecimiento para la historia: la ordenación sacerdotal de 141 sacerdotes en una Misa multitudinaria en el Paseo de La Alameda. Christopher Hartley, era un joven seminarista en Toledo y, por circunstancias providenciales de su vida, fue ordenado sacerdote ese día.

Venía de haber ayudado a Madre Teresa en Calcuta todo un verano y llevaba consigo ese 8 de noviembre un regalo muy especial. Madre Teresa tenía algo que contarle: “Al acercarse tus esponsales y tu ordenación sacerdotal a manos del Papa Juan Pablo II me imagino como debe de vibrar tu corazón”. Unas palabras que Christopher no va a olvidar jamás.

Tras su visita a Santiago y el famoso discurso Europeista se acababa la primera visita de un Papa a España, un viaje históricos. 10 días inolvidables que muchas personas todavía recuerdan.

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