Juan Pablo II, primer Papa en la historia que celebró la Eucaristía con el Santo Cáliz de Valencia

En ese viaje, el nuevo arzobispo de la archidiócesis, Enrique Benavent, fue uno de los 141 sacerdotes ordenados en la multitudinaria misa de la Alameda

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Sara de la Torre

Publicado el - Actualizado

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El 8 de noviembre de 1982 Valencia vivió un acontecimiento para la historia: La primera visita de un Papa a tierras valencianas. Juan Pablo II, dentro de su visita apostólica a España llegó a Valencia en un día emocionante e intenso que sigue recordándose con gran cariño en los que fueron testigos directos del gran acontecimiento.

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En una misa multitudinaria en la Alameda, Juan Pablo II ordenó sacerdotes a 141 seminaristas, entre los que se encontraba, con 23 años de edad, Enrique Benavent, arzobispo electo de Valencia. “Es un momento que se recuerda siempre con gran emoción. Recuerdo muchos momentos de aquella ordenación en general, y en concreto, yo estaba situado en primera fila y en el centro del presbiterio, y recuerdo la primera vez que apareció la figura del Papa justamente enfrente de mí, lo tenía a solo 4 ó 5 metros, y aquello para mí ya fue un primer impacto, además de todo el ambiente de la celebración”, recuerda.

Por primera vez, el Santo Cáliz

En el interior de la Seo el Pontífice pudo venerar el Santo Cáliz y firmó en el libro de oro de la Cofradía del Santo Cáliz, cuya página, adornada con una imagen de la Virgen, el escudo papal y la santa reliquia, es todo un recuerdo de la visita hoy en la catedral. Ese mismo día se convertiría en el primer Papa en celebrar con el Santo Cáliz.

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La historia del Santo Cáliz

La tradición nos dice que es la misma Copa que utilizó el Señor en la última Cena para la institución de la Eucaristía. El Cáliz fue llevado a Roma por San Pedro y que conservaron los Papas sucesores a éste hasta San Sixto II.

Recomienda esta permanencia del Santo Cáliz en Roma la frase del Canon Romano mencionada antes: “Tomo este Cáliz glorioso”, hoc praeclarum calicem. Expresión admirativa que no encontramos en otras anáforas antiguas, y no podemos olvidar que la plegaria eucarística romana es la versión latina de otra en lengua griega, pues ésta fue la propia de la Iglesia de Roma hasta el Papa San Dámaso en el siglo V.

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Para librar al Santo Cáliz de la persecución del emperador Valeriano, San Sixto II por mediación de su diácono San Lorenzo, oriundo de España, lo envía a Huesca en el siglo III. Durante la invasión musulmana, a partir del año 713, fue ocultado en la región del Pirineo, pasando por Yebra, Siresa, Santa María de Sasabe (hoy San Adrián), Bailio y, finalmente, en el monasterio de san Juan de la Peña (Huesca), donde puede referirse a él un documento del año 1071 que menciona un precioso cáliz de piedra.

La reliquia fue entregada en el año 1399 al Rey de Aragón, Martín el Humano que lo tuvo en el palacio real de La Aljafería de Zaragoza y luego, hasta su muerte, en el Real de Barcelona en 1410, mencionándose el Santo Cáliz en el inventario de sus bienes 1.

Hacia 1424, el segundo sucesor de Don Martín, el Rey Alfonso V el Magnánimo llevó el relicario real al palacio de Valencia, y con motivo de la estancia de este Rey en Nápoles, fue entregado con las demás regias reliquias a la Catedral de Valencia en el año 1437.

En la catedral de Valencia, fue conservado y venerado durante siglos entre las reliquias de la Catedral, y hasta el siglo XVIII se utilizó para contener la forma consagrada en el “monumento” del Jueves Santo.

En el año 1916 fue finalmente instalado en la antigua Sala Capitular, habilitada como Capilla del Santo Cáliz. Precisamente esta exposición pública permanente de la sagrada reliquia hizo posible que se divulgara su conocimiento, muy reducido mientras permaneció reservado en el relicario de la catedral.

Dos «exilios»

Durante la guerra de la Independencia, entre 1809 y 1813, fue llevado por Alicante e Ibiza hasta Palma de Mallorca, huyendo de la rapacidad de los invasores napoleónicos y durante la guerra civil (1936-1939) permaneció oculto en el pueblo de Carlet. Fue el beato Juan XXIII concedió indulgencia plenaria en el día de su fiesta anual.

El Papa Juan Pablo II celebró la Eucaristía con el Santo Cáliz durante su visita a Valencia el 8 de noviembre de 1982, y lo mismo sucedió con Benedicto XVI que celebró la Eucaristía con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias, el 8 de Julio de 2006; finalmente, el Papa Francisco concedió la celebración de un Año Jubilar Eucarístico en honor del Santo Cáliz, cada cinco años a partir de 2015.

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