Las hermanas que complementan la oración con la fábrica de mascarillas para ancianos y discapacitados

La ola de solidaridad y caridad en el seno de la Iglesia está muy presente en la sociedad con motivo de la crisis sanitaria del coronavirus 

Las hermanas que complementan la oración con la fábrica de mascarillas para ancianos y discapacitados

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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Las hermanas de la orden de las Carmelitas Descalzas en la localidad pacense de Fuente de Cantos, han decidido ponerse manos a la obra y colaborar para evitar la propagación del coronavirus, que tanto está amenazando a nuestras vidas y nuestro bienestar. Cuando está a punto de cumplirse la primera semana desde que el Gobierno de España decretase el estado de alerta para controlar el virus, las muestras de solidaridad y caridad se han sucedido entre los ciudadanos, y como no puede ser de otra manera también en el seno de la Iglesia.

Tal y como hemos comentado, es el caso de las hermanas Carmelitas de este municipio de Badajoz, que además de ayudar con la oración y la entrega diaria a Dios, se están dedicando a la fabricación de mascarillas que destinarán tanto a la residencia de ancianos como al centro ocupacional de discapacitados de Fuente de Cantos. Y es que no hay que olvidar que los ancianos y ancianas son el colectivo más vulnerable y que más muertos está registrando con motivos del coronavirus. 

Un grupo de hermanas que están trabajando en esta iniciativa han grabado un vídeo en el que se puede contemplar el taller que han instalado en el convento para poder fabricar estas mascarillas. Una iniciativa que, tal y como ellas mismas cuentan, surgió hace unos días cuando presentaron a la alcaldesa del pueblo una prueba de mascarilla. A raíz de aquello, la primera edil les pidió por favor que hicieran más para estos colectivos vulnerables tal y como revelan en el propio vídeo las monjas. 

La vacuna no será comercializada hasta mínimo un año 

Mientras los gestos solidarios se multiplican, los científicos siguen avanzando en la implantación de una vacuna que pueda ser desarrollada y comercializada cuanto antes. La industria farmacéutica estima que eso podrá llegar dentro desde un año hasta los 18 meses. "Nuestra estimación es que tomará entre doce y dieciocho meses mínimo hasta que una vacuna esté disponible en el mercado", dijo este jueves el vicepresidente ejecutivo de la farmacéutica Sanofi Pasteur, David Loew, en una conferencia de prensa virtual.

Según Loew, "hay una (vacuna) candidata en la fase uno del ensayo clínico y varias otras cerca de ese punto. Podemos intentar ir muy rápido, trabajar con las autoridades reguladoras para reducir los plazos, pero no podemos sacrificar los requisitos de seguridad y eficacia porque las vacunas deben inyectarse a gente sana".

El vicepresidente y científico en jefe de la farmacéutica Johnson & Johnson, Paul Stoffels, confirmó que "doce a dieciocho meses es lo mínimo que se necesita" para que una vacuna esté disponible, un esfuerzo en el que se aprovechará todo el conocimiento adquirido en las investigaciones recientes para encontrar una vacuna contra el ébola y el zika.

"No podemos hacer concesiones en cuestiones como seguridad y eficacia porque esto puede ocasionar también que la gente pierda confianza en otras vacunas", afirmó, por su parte, el presidente de la farmacéutica estadounidense Eli Lilly, David Ricks.

Ambos responsables participaron con otros altos ejecutivos de grandes farmacéuticas en una conferencia de prensa a distancia organizada desde Ginebra por la Federación Internacional de Asociaciones y Productores Farmacéuticos (IFPMA, en sus siglas en inglés).

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