Las monjas del monasterio Santa Ana de Brihuega se marchan 400 años después: "Imagínese como estoy"
Las 4 Hermanas cistercienses se trasladarán el 27 de julio a un monasterio de la misma congregación en Madrid. La covid-19 y la falta de vocaciones explican esta marcha
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“Ya se puede figurar como estamos, muy tristes”. Así de quejosa se mostraba en Aleluya Sor Victoria, una de las cuatro monjas cistercienses que han resistido hasta el final en el monasterio Santa Ana de la localidad guadalajareña de Brihuega.
Tras 400 años como vecinas en el municipio (desde 1615), ahora se ven obligadas a trasladarse al monasterio de la Piedad Bernarda en Madrid, perteneciente a la misma congregación. Los motivos son sobradamente conocidos: la falta de vocaciones, que hace inviable el sustento económico del edificio.
A ello se suman las dos hermanas que fallecieron víctimas de la covid-19 el pasado invierno: "Estaremos en Madrid en la calle Joaquín Costa, donde iremos Hermanas de dos o tres conventos que también se marchan”, explica Sor Victoria.
Lejos quedan ya los años en los que el monasterio de Santa Ana contaba con hasta 26 monas, cuando la religiosa llegó hace nada menos que 64 años: “Esto es un síntoma de la falta de vocaciones. No sé qué solución puede tener esto, porque la gente tiene olvidada a Dios. Solo piensan en lo material y no recuerdan lo principal. No es como se vive antes, y yo lo echo de menos”, expresa con la voz un tanto apagada por las circunstancias.
Durante buena parte de su vida monacal, las Hermanas se dedicaron a la cerámica con el que se fabricaban vajillas de barro: “Se las hacíamos para un señor que luego las vendía, pero ya hace años que no lo hacemos”, precisa Sor Victoria, quien se ha emocionado al recordar el apoyo recibido por parte de los vecinos de Brihuega desde que conocieron la mala noticia.
Para despedirlas como se merecen, la diócesis de Sigüenza-Guadalajara despedirán a las cuatro monjas con hasta tres actos. Este sábado, 17 de julio, se descubrirá un tótem informativo en su memoria en la céntrica Plaza del Jardinillo; y ese mismo día, por la tarde, a las 20h, habrá un tiempo de lectura en el convento, un concierto de la Banda de Música de Brihuega y unos parlamentos de agradecimiento.
Por su parte, el obispo Mons, Atilano Rodríguez, presidirá el lunes 26 de julio, coincidiendo con la festividad de Santa Ana, una Eucaristía en la explanada del convento, con el acompañamiento musical del Coro Virgen de la Peña.
Al día siguiente, el 27 de julio, a las cuatro Hermanas les espera una nueva vida monacal en Madrid, en el monasterio de la Piedad Bernarda.