Los hermanos de San Juan de Dios denuncian que ADIF les prohíbe colocar el belén en Atocha
La nueva normativa de Adif veta las iniciativas "provenientes de entidades religiosas" y censura cualquiera que pueda tener "un carácter religioso"
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ADIF –la entidad pública dependiente del Ministerio de Fomento– ha creado una nueva normativa que pretende convertir las estaciones de tren de toda España en "espacios de encuentro, abiertos a la solidaridad, a los valores y a la cultura". Y debido a esta normativa ha impedido colocar el tradicional belén en la estación de Atocha.
Los hermanos de San Juan de Dios que llevan 26 años colocando un belén navideño en la estación de Atocha denuncian que con la nueva normativa de Adif, se veta las iniciativas "provenientes de entidades religiosas" y censura cualquiera de ellas que pueda tener "un carácter religioso».
Concretamente, la nueva normativa de ADIF para su programa Estación Abierta rechaza las solicitudes "que tengan un carácter político o religioso", y también las "actividades que puedan generar malestar en los ciudadanos o situaciones de confrontación ideológica o religiosa". Aún así acepta explícitamente las solicitudes "culturales" y las destinadas "a la sensibilización en valores". Pone como ejemplo "las tradiciones populares" y las que están "en estrecho contacto con la vida social y cultural del entorno en el que se asientan", como podría ser un tradicional belén navideño.
Desde los hermanos de San Juan de Dios aseguran que la decisión "nos parece discriminatoria e incomprensible, desde nuestra filosofía centrada en la Hospitalidad, que significa acoger de forma universal en función de la necesidad de cada persona sin discriminación de ningún tipo", señala Noelia Sánchez, responsable de comunicación de los hermanos de San Juan de Dios-Castilla.
"Somos conscientes de que vivimos en una sociedad laica que entendemos como un marco de relaciones en el que podemos convivir todas las expresiones de conciencia, ya sean religiosas o no, en plena igualdad y respeto", asegura Sánchez, para quien "la identidad religiosa de una determinada propuesta no debería ser un motivo para impedir la participación en espacios públicos en las mismas condiciones que el resto de entidades".
Concretamente, la iniciativa de colocar un belén en la estación de Atocha surgió hace 26 años por iniciativa de un trabajador jubilado, con la intención de "dar la bienvenida a los viajeros de la estación", dice Noelia. Después, la gente empezó a dejar dinero de manera espontánea en el belén, y los trabajadores de la estación, también de manera espontánea, lo hacían llegar a la obra social de los religiosos.
Hace cinco años, cambió la normativa y se prohibió recaudar fondos para ninguna causa, "y nosotros accedimos porque no se trataba de dinero. De hecho seguimos instalando el belén, sin ningún tipo de problema, porque no era nuestro objetivo", afirma la responsable de comunicación de San Juan de Dios-Castilla.
Pero la normativa ha dado una vuelta de tuerca que deja fuera de manera explícita y sin reparos a cualquier iniciativa que proceda de un ámbito religioso, aunque se trate de algo tan asentado culturalmente como puede ser el belén. "No son dos cosas incompatibles", asegura Sánchez, que en nombre de los religiosos explica que "nosotros creemos en el diálogo, en la convivencia y en la igualdad de sentimientos, religiosos o no, de todos los seres humanos".