Los madrileños vuelven a besar al Medinaceli en el primer viernes de marzo: "Faltar a esta cita, ¡nunca!"

El arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, expresa que la devoción "al Señor de Madrid" nos convierte "en testigos fuertes de Jesús en medio de este mundo"

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Redacción Religión

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Cientos de fieles de toda España participan este primer viernes de marzo en el tradicional besapiés a Jesús de Medinaceli, acto que ha regresado tras la pandemia en todo su esplendor, con la recuperada tradición de besar los pies a la imagen del Señor de Madrid.

La basílica, en la plaza de Jesús, en el barrio de Las Cortes, está abierta desde la pasada medianoche para rendir culto al Cristo de Medinaceli. Cada hora se ha celebrado una Eucaristía en la que los fieles han pedido salud, pero también por la paz en Ucrania. La basílica no cerrará sus puertas hasta que el último fiel pueda tener ese gesto de cariño y devoción ante los pies del Cristo.

Pese al frío, muchos de los fieles han estado incluso días haciendo cola para cumplir con la tradición, un visita que el señor de Madrid devuelve a los madrileños el viernes santo, cuando sale en procesión por las calles de la ciudad.

"Señor mío y Dios mío"

El arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, ha presidido la Eucaristía solemne de este 3 de marzo y ha reconocido que "podremos tener muchas dificultades, pero tenemos un rostro a contemplar, que es el rostro de Jesús". Ante Él "le decimos, como los apóstoles, "Señor mío y Dios mío".

El cardenal ha querido acercar lo que significa la devoción a Jesús de Medinaceli en tres expresiones: "Encontrarse con Cristo, contemplar a Jesucristo y caminar y aprender a caminar con Cristo". Jesús, ha dicho, "viene a encontrarse con los hombres", "y este encuentro con Jesucristo lo hacemos como Iglesia del Señor". En ese caminar, ha continuado, "Jesús no nos deja", porque para eso regala la Eucaristía y el perdón. "Hagamos presente el amor fe Dios en medio de este mundo; hagamos presente el bien". "Hoy es necesario que los cristianos seamos testigos fuertes del Señor en medio de este mundo".

Al concluir la Eucaristía, el arzobispo ha expresado su deseo: "Le pido al Señor que se cumplan en vosotros los deseos que hoy pedís al Santo Cristo de Medinaceli. Que el Señor os guarde siempre en la fe y en la pertenencia a su Iglesia".