Los periodistas católicos piden protección "para los profesionales que informan en mitad de la guerra"

La Unión Católica de Informadores y Periodistas de España (UCIPE) se solidariza con las víctimas del pueblo de Ucrania y "denuncia la brutal invasión del gobierno ruso". "Lamentamos profundamente el incremento diario de víctimas civiles que están dejando estos veinte días de guerra, entre ellos, varios compañeros periodistas en el ejercicio de la búsqueda de la verdad".

UCIPE pide a las empresas periodísticas y a todos los organismos competentes, "que se esfuercen en la protección de los reporteros que exponen su seguridad para evitar el apagón informativo en la zona de conflicto". Así como la necesidad de recordar a los medios "que sus enviados especiales estén en disposición de los seguros correspondientes y formalizada su relación contractual para asegurar el trabajo en seguro de los profesionales de la información".

Combatir las mentiras y la desinformación

Desde UCIPE "alertamos a nuestros compañeros periodistas para que no se dejen seducir por la desinformación. Es importante combatir las mentiras que ponen en peligro a tantos seres humanos desde cualquier lugar desde donde nos encontremos ejerciendo nuestra labor".

Por otro lado, "convencidos que las controversias internacionales pueden resolverse por la razón como defendía San Pablo VI, apelamos a la responsabilidad de los gobiernos". Asimismo, UCIPE se une a la plegaria del Papa Francisco al "Dios de la paz" para que en esta Cuaresma "tengamos muy presente en nuestras oraciones el restablecimiento del orden superando el miedo y las divisiones".

¿Qué es la UCIPE?

UCIPE es una agrupación autónoma de profesionales católicos que "se empeña en el servicio a los valores permanentes del Evangelio. Se trataría, en pocas palabras, de un servicio asociado a la fe desde la propia competencia profesional y desde las exigencias confesionales católicas".

La coherencia con su identidad confesional le inspirará posibles intervenciones en defensa de determinados valores sin que estas comparecencias ocasionales definan ni agoten su virtualidad. En la vida de la asociación primarán las aportaciones positivas a la sociedad como grupo cualificado dentro de ella y consciente tanto de su obligación de cooperar desde los valores del Evangelio en la construcción de la convivencia, como de criticar todo lo que represente un atentado a los derechos del hombre.