Los temporeros en Lepe, obligados a dormir en la calle por falta de albergues: "Son imágenes tercermundistas"
Entidades como Cáritas acompañan a estos temporeros, la mayoría inmigrantes, que ven cómo los espacios municipales no pueden acoger a todos ellos: "Urgen habitaciones"
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Los temporeros que acuden a la localidad onubense de Lepe para trabajar en la campaña de la fresa, se están encontrando con la falta de alojamientos, lo que obliga a estos trabajadores, inmigrantes en su mayoría, a dormir en la calle.
Una situación que viven en el municipio de Huelva al menos un centenar de personas, aunque se prevé que el problema se acentúe en las próximas semanas, cuando podrían llegar a Lepe unas 700 personas para trabajar en la campaña.
Espacios como el apeadero de los autobuses, las inmediaciones del cementerio o el polígono comercial son utilizados para dormir al raso con mantas y cartones. Escenas que son más propias de países tercermundistas.
El causante de esta situación es el desequilibrio que existe entre la demanda de mano de obra en Lepe y la oferta de habitaciones. Y es que el Ayuntamiento de Lepe prohibió la construcción de nuevos asentamientos chabolistas, debido a los incendios que se producían en estos espacios, tal y como ha relatado en Ecclesia Manuel Roque, trabajador de Cáritas parroquial de la localidad onubense.
“Cada vez son más porque llega la temporada fuerte de la campaña pero no hay alojamientos para todos. Las chabolas tampoco se puede hacer más porque el Ayuntamiento quiere erradicar el chabolismo, pero de momento no hay nada alternativo. No se pueden constituir chabolas pero no hay lugar alternativo para estas personas”, lamenta.
Lepe cuenta actualmente con un albergue municipal inacabado, pero que está ocupado por unos 130 temporeros que llegaron en los meses anteriores para alojarse en un patio techado. Actualmente, no pueden acceder al interior nuevos trabajadores que llegan a la zona: “Hay dos guardas jurados que impiden la entrada, por eso mucha gente se tiene que ir a la estación para dormir en la calle”, precisa Roque.
Hasta ahora, las soluciones por parte de las administraciones brillan por su ausencia. La única propuesta ha partido desde la Junta de Andalucía, que el pasado mes de enero anunció un presupuesto de 600.000 euros para construir dos albergues para inmigrantes en Lucena del Puerto y en Lepe. En el caso de este último, ese dinero podría invertirse en rehabilitar el albergue municipal para acoger a más personas, aunque no hay nada concretado según el trabajador de Cáritas.
“Hace unos años se habló de construir un albergue, pero no se concretó. Ahora las administraciones quieren terminar las obras del albergue municipal pero primero hay que desalojar primero a quienes están dentro y buscar otro sitio donde alojarse. Otra propuesta era hacer casas prefabricadas, pero de momento no está hecho”, explica.
A ello se suma la escasa demanda de pisos en alquiler en Lepe para ofrecer a estos trabajadores: “Ellos no tienen problemas en pagar, pero es que no hay casas. Urgen habitaciones. Algunas familias se ofrecieron como voluntarios para acogerles, pero no hay para todos”.
Para paliar la difícil situación que viven estos temporeros migrantes, las organizaciones sin ánimo de lucro trabajan a destajo. Es el caso de Cáritas: “Aquí les acompañamos, les visitamos, les llevamos mantas, ropas de abrigo, alimentos, les llevamos al médico si alguno está malo... En Cáritas de Huelva tenemos la casa del enfermo y hay muchas personas que tienen que ser hospitalizadas y acogerles para no dejarles en las chabolas. Pero no hay cabida para todos”, relata Manuel Roque para Ecclesia.