Luis Argüello advierte de que el rearme en Europa no asegurará la paz sin "un rearme ético y espiritual" que favorezca el diálogo

El presidente de la Conferencia Episcopal Española ha mostrado su preocupación por los cambios geopolíticos que se han producido con el regreso de Trump a la presidencia de EEUU y la respuesta europea ante esta amenaza 

Argüello

José Melero Campos

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El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, ha mostrado su preocupación por los cambios que se han vivido en el mundo en los últimos meses, con el regreso de Donald Trump a la presidencia de EEUU, que ha quebrado “el orden internacional” establecido tras la Segunda Guerra Mundial, mientras continúan las guerras en lugares como Gaza “sin que la supuesta legalidad internacional intervenga”, ha denunciado. 

“Asistimos, entre asombrados e indiferentes, al sufrimiento humano provocado por la fuerza bruta y ciega de las armas inteligentes”, ha continuado argumentando el presidente de la CEE, quien lamenta que frente al cambio geopolítico Europa proponga un rearme que presenta “imprescindible para la seguridad”, ha aseverado el también arzobispo de Valladolid en su discurso de apertura de la Asamblea Plenaria que celebran esta semana los obispos.

Para Argüello, si previamente no hay un “rearme ético y espiritual” que favorezca el encuentro y el diálogo y la búsqueda de un orden internacional más justo, “la seguridad armada no asegurará la paz”, ha opinado.

Argüello llama a los cristianos europeos una "regeneración ética y espiritual de nuestros sistemas de gobierno"

El presidente del episcopado considera que los países actores de este poder geopolítico tienen como denominador común la importancia que los poderes públicos atribuyen al fenómeno religioso: “Rusia y el cristianismo ortodoxo, los Estados árabes y el islam, China y la recuperación de Confucio; en India el partido gobernante busca establecer el hinduismo como identidad central; en Estados Unidos sigue siendo importante el valor que otorga a su mosaico de denominaciones cristianas, con un papel singular ahora de la “teología de la prosperidad” o el debate sobre el “ordo amoris” abierto por al vicepresidente Vance, católico, para justificar la política migratoria de Trump”, ha explicado.

Y en este escenario, apunta Argüello, Europa sigue avanzando hacia una laicidad que “empuja las creencias religiosas al ámbito privado”.

En este sentido, el presidente de la Conferencia Episcopal recalca que los estados europeos en su mayoría son aconfesionales, pero recuerda que “los miembros de la sociedad que somos cristianos estamos llamados a ofrecer en el coloquio entre fe y razón, Iglesia y sociedad y Reino de Dios e historia, nuestra aportación para la permanente regeneración ética y espiritual de nuestros sistemas de gobierno y modos de organización política”.