Manuel Corullón, franciscano en Marrakech: "Mucha gente necesita ser acogida y escuchada"

Manuel Corullón se encontraba en España cuando Marruecos sufrió el pasado viernes el devastador terremoto. Las últimas cifras hablan ya de más de 2.600 personas fallecidas y prácticamente el mismo número de heridos. Son muchas las aldeas del Atlas, la zona más afectada, donde todavía no se ha podido acceder, aldeas que han sido prácticamente borradas del mapa y donde no se esperan encontrar a ningún superviviente.

El franciscano se enteró de la noticia por sus hermanos en Marrakech y desde que ha vuelto el mismo domingo “ha sido un sin parar” organizando y reuniendo a todos los equipos de acción social y pastoral de la parroquia, recibiendo muchas llamadas de solidaridad de muchos lugares de la Iglesia universal que quieren colaborar con nosotros.

El religioso de la parroquia de los Santos Mártires, natural de Ponferrada, lleva más de 22 años en Marruecos. Está viviendo estos días con mucha intensidad: “Estamos intentando salir al paso de las distintas necesidades a las que nos piden también hacer frente. Desde Cáritas Marrakech hemos organizado una caravana solidaria hacia la montaña, hacia uno de los lugares más damnificados, hemos estado en distintos pequeños poblados que han sido completamente arrasados y que necesitaban absolutamente de todo: alimentos, productos de aseos personales, ropa, algunos enseres para poder cocinar”.

Seguirán llevando cosas a los pueblos cerca del epicentro sobre todo gracias a la ayuda de toda la comunidad cristiana de la ciudad: “Están trayendo a nuestros locales parroquiales todo tipo de utensilio, bienes de primera necesidad, comida, ropa […] estamos viviendo este momento este momento tan importante de solidaridad con toda la sociedad marroquí como comunidad cristiana”.

¿Cuáles son las necesidades más importantes ahora mismo en Marruecos? Manuel tiene claro que “la cosa más urgente es encontrar un lugar donde la gente se puede refugiar para la noche. Prácticamente todas las tiendas de campañas estaban agotadas en todos los lugares, pero es muy interesante ver como toda la sociedad civil marroquí se ha organizado para poder montar tiendas, hospitales de campaña. Es impresionante la manera en la que la sociedad marroquí está respondiendo delante de esta situación para acoger a todos los damnificados”.

Mucha gente llega a la parroquia no solamente a esperar materiales, sino “a un lugar donde pasar el tiempo, ser acogidos y escuchados": “Las personas tienen ganas de hablar y también estamos en contacto con una asociación de psicólogos para ayudar a las víctimas del terremoto”.