Nadie puede cargar con los pecados de nuestros antepasados: La Conferencia Episcopal desaconseja la 'sanación intergeneracional'

La Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe publica una nota en la que recuerda que el pecado es siempre personal, por lo que desaconseja esta praxis que puede generar un daño espiritual y psicológico 

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Redacción Religión

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Cargar con la culpa por los actos cometidos por mis antepasados: se trata de una creencia errónea que la Conferencia Episcopal Española ha querido desmentir a través de la nota doctrinal sobre la práctica de la 'sanación intergeneracional', también conocida como 'sanación del árbol genealógico'.

En el documento, publicado este martes 26 de noviembre por la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe y titulado 'Su misericordia se extiende de generación en generación', se advierte de que la 'sanación intergeneracional' es una praxis que se está extendiendo entre los grupos católicos en diferentes diócesis españolas, especialmente en ámbitos de oraciones y retiros, y que parte de la idea de que las culpas de los antepasados pesan sobre mí, porque cometieron algún tipo de delito por el cual estoy pagando las consecuencias.

Un sentimiento de culpa que, sostiene el documento doctrinal del episcopado, conlleva el riesgo para la persona, al poder arrastrar trastornos psíquico, acarrear enfermedades y otros tipos de comportamientos.

El bautismo borra todos los pecados, que es siempre personal

De ahí que el texto aclare en primer lugar que la Doctrina Social de la Iglesia deja claro que el bautismo borra todos los pecados, por lo que nada tenemos que ver con los pecados que hayan podido cometer nuestros antepasados. En segundo lugar, se recuerda que el pecado es siempre personal, por lo que nadie puede heredar una culpa de alguien.

Así las cosas, la nota doctrinal rechace la práctica de la 'sanación intergeneracional'. En este sentido, apuntan que se puede orar por los difuntos o antepasados, pero no con la conciencia de que tengo que limpiar sus culpas.

“El que peca es el que morirá; el hijo no cargará con la culpa del padre"

Con este documento, los obispos de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe ha analizado la teoría y la praxis de la 'sanación intergeneracional', ofreciendo una serie de apuntes teológicos y magisteriales que ayuden a detectar y corregir estas prácticas que se alejan de la Tradición y el Magisterio de la Iglesia, y pueden causar un gran daño moral y espiritual al pueblo santo de Dios.

“Frente a aquellos que afirman la transmisión intergeneracional de los pecados de los antepasados, apoyándonos en la Palabra de Dios, queremos afirmar que a nadie puede imputársele pecados ajenos ni se le debe hacer responsable de los pecados de generaciones anteriores, sino que cada uno es responsable de su propia vida y de sus propios pecados”, se puede leer en el texto, que hace alusión a las afirmaciones recogidas en el Antiguo Testamento.

“El que peca es el que morirá; el hijo no cargará con la culpa del padre, ni el padre cargará con la culpa del hijo. Por tanto, ya no se dirá: los padres comieron agraces y los hijos tuvieron dentera. Cada cual morirá por su propio pecado, quien coma agraces tendrá dentera”.

De esta manera, “el único pecado que se hereda de generación en generación es el pecado original, que no tiene carácter de culpa personal ni su castigo pasa a la siguiente generación. Así, si es cierto que por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores, no es menos cierto que, de manera desproporcionada, por la obediencia de uno solo, todos serán constituidos justos recibiendo a raudales la gracia de Dios y el don otorgado en virtud de un hombre, Jesucristo, que se han desbordado sobre todos”, exponen.