Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española: "El Papa nos ha dado mucho aliento para el futuro"

Cáritas Española vivió ayer, lunes 5 de septiembre, uno de los días más importantes de su 75 aniversario. El Consejo General fue recibido por el Santo Padre en una Audiencia Privada marcada por el cariño y la cercanía de Francisco.

En el programa de TRECE, 'Iglesia al Día', Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas, ha valorado con Álvaro De Juana el encuentro con el Santo Padre. “Me hizo mucha ilusión, había estado otra vez en una Audiencia con Cáritas Internationalis, pero erábamos 300 personas, y ayer pudimos encontrar el Papa de manera mucho más espontánea. Se dirigió a cada uno de nosotros hablando de nuestro trabajo, pudimos saludarle y lo vivimos como un momento muy importante para Cáritas”, dijo Natalia.

El Papa elogió durante todo su discurso la labor de Cáritas, pero Natalia destaca sobre todo “la importancia del voluntariado de Cáritas, todas esas personas que tienen una vocación tan clara y tan importante para la Iglesia de ponerse en frente de personas que pueden tener su vida rota, pero a las cuales hay que ofrecerles algo más que una bolsa de comida, un proyecto y una esperanza. Él supo decir muy bien todo lo que hay en los voluntarios de Cáritas”.

“Hablamos ayer mucho con él, y también con el equipo de Cáritas Internationalis, de esos valores del Evangelio que nos hacen no mirar quien hay detrás de la persona que pide ayuda a Cáritas para juzgarle, sino ofrecer nuestra mano y cumplir con nuestra misión que es estar al lado de los que sufren”, ha añadido la secretaria general de Cáritas.

Para los próximos años, el Papa ofreció a Cáritas un camino y unos retos: “Nos dijo de seguir el camino de los últimos, de la misericordia y de la renovación. Nos dio mucho aliento para seguir después de estos 75 años […] Ahora tenemos que mirar hacia el futuro”

Asimismo, Natalia ha tenido unas palabras sobre la salud del Santo Padre: “Personalmente, le vi mejor de lo que me esperaba. Estábamos un poco preocupados por su salud y por cómo nos iba a recibir, pero llegó caminando, con dificultad y su bastón, pero no estaba en silla de ruedas. En sus ojos, en su cara y en su ánimo al hablar con él, le encontramos con mucha fuerza y muy ilusionado […] vimos al Papa muy animado”.