El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, despide a Toni Vadell: "Ha sido un testigo increíble de la fe"

"La vida de nuestro hermano Antoni ha sido toda ella una catequesis que ha ido dando respuesta cómo testigo increíble de fe”. Así ha comenzado la homilía del obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, en la celebración del funeral del obispo auxiliar de Barcelona, Antoni Vadell, de origen mallorquín, este martes, 15 de Febrero, en la catedral de Mallorca.

Taltavull habló de elección, servicio, alegría y amor. Un testimonio de fe madura “valiente y capaz, que sabe dar razón de la esperanza”. El obispo Tini, recordó, “era un enamorado de Jesús y contagiaba ese amor" y así lo demostraba en “la catequesis, la enseñanza, procesos de crecimiento, de tantas acciones reforzadas por la oración, la Eucaristía y la acción social..., que han sido escenarios idóneos para su trabajo de siembra, de pastor según el corazón de Dios".

En medio del dolor brilla la luz de la esperanza

Taltavull recordó el lema episcopal del obispo Vadell: ¡Vivid alegres en el Señor siempre! porque "en medio del dolor que compartimos, pedimos que se encienda la luz de la esperanza, la luz del Resucitado que, hoy iluminados por el testimonio de nuestro hermano Antoni y por la fe de esta Iglesia reunida para rezar".

El funeral estuvo concelebrado por el arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, el nuncio apostólico de la Santa Sede, el arzobispo Bernardito Cleopas Auza, el obispo de Ibiza, Vicens Ribas, el obispo de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui y los obispos auxiliares de Barcelona Javier Vilanova y Sergi Godo. En total, 150 presbíteros participaron en la misa funeral.

Además de la familia y los amigos, asistieron al funeral Aina Calvo, delegada del Gobierno; José Hila, alcalde de Palma; Mercedes Garrido, consejera de Presidencia del Gobierno de las Islas Baleares; Javier de Juan, consejero de Presidencia del Consejo de Mallorca; Virgilio Moreno, alcalde de Inca; y Éric Jareño, alcalde de Llucmajor.