Omella defiende la auditoría como mecanismo de transparencia para avanzar “en el apoyo a las víctimas”
El presidente de la CEE ha explicado que la Iglesia quiere asumir su responsabilidad ante las victimas "con un vehículo nuevo de comunicación que ayuden a esclarecer los hechos"
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“En nombre de la Iglesia española, pedir perdón por el tema de los abusos, por todas las víctimas que tanto dolor han padecido y padecen”. Así ha comenzado su intervención el presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, durante la presentación de la auditoría independiente sobre los abusos sexuales que lleva a cabo el despacho de abogados Cremades&Calvo Sotelo.
El también arzobispo de Barcelona ha mostrado la intención de la Iglesia y de sus instituciones para que se investiguen estos casos, y apunta que con esta auditoría encargada a este prestigioso despacho de abogados con más de 25 años de trayectoria, se busca “dar un paso en nuestra obligación de transparencia social, de ayuda y reparación a las víctimas y la colaboración sobre los casos de abusos que afectan a la Iglesia”.
“Nos parece que tenemos que dar un paso más al frente en ese apoyo a las víctimas. Por eso, hemos encargado la auditoria para ver qué se puede mejorar y los resultados del estudio”, ha añadido Omella, quien ha confirmado que la duración de los trabajos se estima en unos doce meses, pero no descarta que estos plazos se prorroguen: “Deberá tener toda la amplitud necesaria para clarificar los casos acontecidos en el pasado e incorporar los niveles de responsabilidad que impidan la repetición de los abusos”, ha subrayado el presidente del episcopado español.
Omella ha insistido en que el principal objetivo de la auditoría independiente es “ayudar a la reparación de las víctimas, estableciendo nuevos cauces de colaboración y denuncia, además de las que existen en las oficinas de las diócesis. Este trabajo de la Iglesia queremos que sea también auditado para que sea haga mejor”.
Asimismo, el presidente del episcopado ha indicado que se trata de “establecer un puente que facilite el trabajo de las autoridades más allá de los instrumentos que empleen. La CEE quiere asumir su responsabilidad ante sus victimas, con un vehículo nuevo de comunicación que ayuden a esclarecer los hechos y evitar que ocurran en el futuro”.
“Para nosotros lo importante es estar cerca de las víctimas. Llevamos tiempo reflexionando sobre este tema y no es una decisión fácil. Empezamos una nueva etapa y queremos ayudar a esclarecer todo en el menor tiempo posible”, ha continuado explicando.
En este sentido, Juan José Omella ha demandado a la sociedad y a los medios de comunicación su “ayuda y comprensión”, y advierte que “todo este trabajo que se realizará en paralelo con el realizado por la Iglesia y sus instituciones nos llevará un tiempo, pero queremos acompañarlo de proximidad y de transparencia”, ha sostenido.
Preguntado si la Santa Sede está al tanto de esta auditoría independiente, Omella ha aclarado que “las conferencias episcopales siempre estamos en comunión con la Santa Sede. No damos pasos en falso porque la comunión es profunda. Siempre hay un gran respeto a la autonomía de las conferencias episcopales”, ha detallado.
En este contexto, el arzobispo de Barcelona ha defendido que desde la Iglesia española siempre se han seguido los protocolos marcados por el Vaticano respecto a la ayuda a las víctimas: “Esto es un paso nuevo y siempre de la mano de la Santa Sede. Estuvimos al habla con la Santa Sede durante la visita ad limina y nos dijeron que íbamos por el buen camino, nosotros hemos dado un paso más, y lo comunicaremos a la Santa Sede. Demos estar en comunicación constante, tanto con ustedes como la Santa Sede, esta es la máxima de la transparencia y de caminar juntos… Por eso hemos llamado a un gabinete que nos ayude en esta nueva etapa a valorar nuestras acciones, tanto en positivo como en negativo, para bien de las víctimas, de la sociedad y de la Iglesia”, ha expresado.