Omella recuerda la figura de San Carlos Borromeo en el día de su fiesta: "Oración, penitencia y servicio"
San Carlos fue el organizador del clero y las órdenes religiosas que salieron al encuentro de los contagiados durante la peste en Milán, necesitados de asistencia médica
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Este jueves, 4 de noviembre, la Iglesia celebra a San Carlos Borromeo, ejemplo de servicio, desprendimiento, amor y humildad. El Papa San Juan Pablo II le tenía un gran aprecio y devoción, y lo consideraba su santo patrono.
El card. Omella ha querido recordar hoy, en su tuit cotidiano, una de las frases más bonitas de este santo: “Las almas se conquistan de rodillas”. El presidente de la CEE ha subrayado que este santo conquistaba las almas “con la oración, la penitencia y su servicio a los más pobres”.
El arzobispo de Barcelona ha añadido que estas tres características pueden ser “un gran plan para evangelizar nuestro mundo necesitado de sentido y fraternidad. Que san Carlos interceda por nosotros”.
La figura de San Carlos Borromeo
San Carlos Borromeo nació en Italia en el año 1538 en el seno de una familia noble. Su tío fue el Papa Pío IV, quien lo mandó llamar a Milán para que lo asistiera en la administración de su pontificado. Pio IV lo hizo ocupar altos cargos eclesiásticos, en los que Carlos se desempeñó con eficiencia, pulcritud y humildad. Borromeo fue nombrado arzobispo de Milán y posteriormente cardenal. Participó en la organización y desarrollo del Concilio de Trento, haciendo una importante contribución desde la Secretaría de Estado del Vaticano.
Durante la peste que se propagó en Milán, San Carlos se puso al cuidado de los enfermos. Fue el organizador del clero y las órdenes religiosas que salieron al encuentro de los contagiados, necesitados de asistencia médica y espiritual. Borromeo atendió personalmente a cientos de moribundos, y fue gestor de la ayuda económica a las víctimas y sus familias.