"Pablo VI continuó y terminó el Concilio Vaticano II con mucha ilusión, pero se llevó una gran decepción"

El obispo emérito de Iquitos recuerda en el programa de TRECE 'Eméritos' el Concilio, la figura de Benedicto XVI, su vida y su episcopado en Perú

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Redacción Religión

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“El bien hace poco ruido y el ruido hace poco bien. Esto para mí ha sido una norma de vida. Yo he procurado hacer poco ruido, porque el ruido hace poco bien. Nunca callar lo que debes decir, y nunca decir lo que debes callar”. Son palabras del obispo emérito de Iquitos, el agustino Julián García. Y así comenzaba este sábado el segundo capítulo del programa de TRECE 'Eméritos', dirigido por el periodista y profesor Isidro Catela. Varios han sido los temas desde lo personal, lo pastoral, la Iglesia, los problemas actuales…

Isidro Catela programa Eméritos

Nacido en el año 1933 echa la vista atrás se pregunta: “¿Cómo es posible? Dice la Biblia que la vida es un soplo, una sombra que pasa, y es verdad, así la veo”. Y ante esto, asegura que es feliz, que ha sido feliz: “He tenido una vocación y he procurado ser fiel a ella y soy también humano con mis defectos y fallos. Pero estoy muy agradecido a Dios porque me ha llamado y, a pesar de todas las dificultades del camino, he podido mantenerla a vocación con alegría y gozo”.

Concilio Vaticano II

Ante el Concilio Vaticano II, el obispo reconoce que “se celebró en un momento de tensión dentro de Roma”, con grupos que estaban influyendo desde fuera para que los conciliares hicieran ciertas cosas. “Ahí comenzó ese problema postconciliar. Pablo VI con mucha ilusión, continuó y terminó el Concilio, pero muy pronto se llevó una decepción tremenda, incluso llegó a decir: Esto no es así. Porque vi la desbandada de la Iglesia”, asegura ante el periodista en Madrid. Y es que Pablo VI había “soñado en la primavera de la Iglesia”, y la realidad llegó a confirmar que la Iglesia vivía un fuerte invierno que causaba dolor. “Mucho le costó a Pablo VI ese postconcilio, que hasta llegó a decir que en la Iglesia había entrado el humo de satanás”, explica, recordando que esta afirmación causó una gran impresión y rechazo.

Obispo emérito Julián García

Benedicto XVI

Sobre su relación con Benedicto XVI, Julián García ha compartido su experiencia en los tiempos en que estuvo en Roma como consejero general de los Agustinos. “No lo conocía, pero el Padre General me pidió que asistiera a una reunión con el prefecto de una Congregación y era Ratzinger. “Era una reunión para arreglar la situación de los sacerdotes que se habían separado de la Orden y vivían por su cuenta de cualquier manera”.

Ahí lo pudo conocer, con reacciones de diferentes generales un tanto “insolentes”: “La respuesta de Ratzinger fue ejemplar. Sereno, tranquilo, les dio un repaso de arriba a abajo con una amabilidad. Y yo pensaba, ¿y este es el hombre káiser, tremendo alemán, duro y terrible? Lo que yo vi aquel día fue la amabilidad y la claridad de sus ideas. Una inteligencia extraordinaria y un carácter humilde, sencillo sincero, y desde entonces comencé a leer sus libros”.

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