El párroco de Vall d'Ebo, preocupado por la evolución del incendio en el municipio: “No sabemos qué pasará"

España continúa sufriendo los efectos de los incendios. Uno de los que más preocupan en las últimas horas es el que tiene lugar en el municipio alicantino de Vall d'Ebo, que ya ha llegado hasta la isla de Mallorca según las imágenes de satélite difundidas por la Agencia Estatal de Meteorología.

Un fuego que ha obligado a evacuar más de una decena de municipios, la última Benimassot. En total unas 1.500 personas han tenido que abandonar sus casas. La Guardia Civil ha estado yendo puerta por puerta por las viviendas de esta localidad para avisar a los vecinos de que deben abandonar sus viviendas por precaución.

Las llamas han calcinado unas 10.000 hectáreas, tal y como ha relatado el párroco de Sant Miguel, templo ubicado en Vall 'Ebo. En declaraciones a ECCLESIA, ha relatado que el incendio de momento no ha afectado a la parroquia, si bien apunta que la incertidumbre reina entre la población de la zona: “No sabemos qué pasará, porque el fuego continúa cada minuto su acción. Estamos esperando”, asegura.

Ha precisado el sacerdote que por el momento no se puede celebrar Misa en los municipios que rodean Vall d'Ebo como consecuencia de las llamas, y apunta que las personas que han sido desalojadas desde el sábado han pernoctado en otras casas, sin poder aportar más datos hasta el momento.

La diócesis de Tarazona ayuda a los afectados por los incendios de Moncayo (Zaragoza)

Tampoco están mejor las cosas en Aragón. Desde hace varios días, el incendio forestal originado en Añón de Moncayo (Zaragoza) ha quemado unas 8.000 hectáreas y ha obligado a desalojar a 1.300 personas pertenecientes a Añón, Alcalá de Moncayo, Vera de Moncayo El Buste, Bulbuente, Ambel y Trasmoz, a las que se suman el Santuario de la Misericordia de Borja.

El administrador apostólico de Tarazona, Eusebio Hernández Sola, ha comentado que el Seminario de Tarazona ha estado abierto desde el primer momento que se declaró el fuego, ofreciendo servicios de “acogida, habitaciones, servicios de baño o cocina” a los afectados.

Acogieron la primera noche a unas sesenta personas, además del personal de bomberos o de guardias civiles que colaboran en la extinción de las llamas. Asimismo, ha añadido que hubo al menos unos 100 ucranianos voluntarios que contribuyeron en la ayuda a los afectados.

Hernández Sola también ha agradecido el apoyo recibido de otras diócesis de Aragón y otras diócesis. Pero la realidad es que los servicios del seminario están “desbordados”: “Fueron llegando tantos que hemos preparado comida casi para unas 200 personas y el personal de cocina estaba colapsado”, ha agregado.