La petición que ha hecho el Papa Francisco a los arzobispos que han recibido el palio arzobispal
Los arzobispos de Madrid, Valencia, Santiago de Compostela y Granada han recibido este jueves el palio bendecido por el Papa durante la Misa por la Festividad de Pedro y Pablo
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Los arzobispos de Madrid, Valencia, Santiago de Compostela y Granada han recibido este jueves el palio arzobispal bendecido por el Papa Francisco, durante la Eucaristía que se ha celebrado en la Basílica de San Pedro en la solemnidad de los santos Pedro y Pablo.
El palio, que es un símbolo de comunión con el Pontífice y representa la potestad de los prelados en sus iglesias particulares, lo reciben los arzobispos metropolitanos nombrados durante el último año, como son los casos de Enrique Benavent (arzobispo de Valencia); José María Gil Tamayo (arzobispo de Granada); José Cobo (arzobispo de Madrid) y Francisco José Prieto (arzobispo de Santiago de Compostela).
Se trata de un ornamento litúrgico que se coloca sobre los hombros, elaborado con lana de corderos blancos. En este sentido, simboliza el Buen Pastor que da la vida por su rebaño, siguiendo a Jesús. Los cuatro obispos españoles han concelebrado la eucaristía, junto a otros 28 arzobispos metropolitanos de todo el mundo nombrados durante el último año.
Durante la homilía, el obispo de Roma ha pedido a los arzobispos que han recibido el palio que sean apóstoles como Pedro y Pablo: “Sean discípulos en el seguimiento y apóstoles en el anuncio, lleven la belleza del Evangelio a todas partes, junto con todo el Pueblo de Dios”.
El origen del palio arzobispal
El palio es un distintivo a modo de vestidura litúrgica que consiste en una banda de lana blanca, adornada con seis cruces de seda, cosida en forma circular, que rodea los hombros, con dos tiras que caen sobre la espalda y sobre el pecho. Fue inicialmente usado por el Papa ya en el siglo IV y posteriormente lo fue otorgando también a los arzobispos para expresar la fidelidad y la comunión de éstos con el obispo de Roma. Por eso nos reunimos en Roma, junto a la tumba del apóstol San Pedro, para participar en la Eucaristía en la que el Santo Padre bendice los palios.