¿Qué significa hoy vivir como consagrado?
En el día en el que la Iglesia celebra la Jornada de la Vida Consagrada, los consagrados explican a ECCLESIA cómo testimoniar su compromiso con autenticidad y entusiasmo
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«Caminando juntos» es el lema con el que la Iglesia celebra el próximo 2 de febrero la Jornada de la Vida Consagrada, coincidiendo con la fiesta de la Presentación del Señor. Los consagrados se unen al camino sinodal "dando gracias a Dios por el don de la vida consagrada que enriquece a la Iglesia con sus virtudes y carismas y le muestra al mundo el testimonio alegre de la entrega radical al Señor», han expresado los obispos españoles en su mensaje para esta Jornada.
Precisamente, para preprar este día, la CEE organizó un coloquip moderado por la directora de ECCLESIA, Silvia Rozas Fi, en el que varios religiosos pudieron dar su testimonio de vida entregada. En la charla, participó el obispo
, presidente de la
que manifestó que “
. No dejemos de percibir su belleza, la belleza en una sonrisa, porque
”.
Para celebrar este día, algunos consagrados han querido explicar para ECCLESIA cómo sienten y viven hoy su vocación, y cómo preparan un caminando juntos, potenciando lo mejor de cada uno para construir desde la fraternidad.
"Lo esencial que es Jesucristo, no ha cambiado"
Sor Leticia OP vive su vocación desde el lema de la Orden Dominicana: “Contemplar y dar lo contemplado” y ha explicado a ECCLESIA que la pandemia "me ha cambiado la manera de ver y vivir muchas cosas. Sin embargo, lo esencial, que es Jesucristo, no ha cambiado".
Jesucristo, ha explicado la religiosa del Monasterio de San Blas de las dominicas de Lerma, "es el mismo ayer hoy y siempre. Él no ha cambiado y está vivo y vive con nosotros. Jesús nos muestra nuevos caminos en medio de situaciones adversas, para Él no es ajeno nada de lo que vivimos, al revés está con nosotros. Somos nosotros los que tenemos que aprender a mirar con una mirada nueva. Todo lo recibimos de Cristo para luego darlo".
Este tiempo "me ha enseñado a orar más, a pasar largos ratos con Él, pidiéndole que me mostrara el corazón del hombre, ¿qué estaba viviendo y cómo lo estaba viviendo? La oración de intercesión ha sido constante en este tiempo y ha quedado en mi vida como uno de los grandes regalos. Pero esta contemplación no la entendería si no pudiera dar lo contemplado".
Por ello ha descubierto, de una manera más profunda, "el don de la Comunidad". De un día para otro nos confinaron "y descubrí que el Señor me pedía vivir desde el servicio a las hermanas, haciéndoles fácil esta situación, compartiendo vida y vivencias".
Otro pilar de su vocación es la evangelización, "donde quiero mostrar a las personas, que orando y amando eres feliz. Ayudarles a descubrir el amor que Cristo les tiene en cada momento y situación, que no estamos a la suerte de un virus, sino en las manos de un Dios que nos ama con locura".
Así lo intentan transmitir cada mañana con el “Reto del Amor” donde comparten "lo que el Señor nos regala". "También estoy escribiendo un libro y diseñando artículos religiosos con el objetivo de que Cristo esté en nuestro día a día. Por ejemplo, pulseras de tela, medallas, cruces, tazas, camisetas, bolígrafos, calendarios… siempre con mensajes e imágenes cristianas, para que al utilizarlo te recuerde el amor de Jesús por ti y vivas de Él en tu jornada", ha explicado sor Leticia.
"La esperanda mueve mi corazón para ser testigo del Señor"
Bienvenida García, consagrada del Lumen Christi en Santiago de Compostela, vive su vocación con "alegría y tranquilidad". En este momento "tener presente la meta a la estoy llamada me hace fácil el camino, esta vocación en los Institutos Seculares tan hermosa con tantos retos y no exenta de dificultades, es donde soy feliz y proyecto mi vida siempre adelante y agradecida al Señor por la llamada y la perseverancia", ha destacado.
El lema de este año "me ayuda a vivir la alegría de la consagración al Señor en esperanza, esperanza que mueve mi corazón a ser testigo del Señor en medio del mundo, estando a la escucha, la comunión y la misión de ese caminando juntos que como decía un proverbio “si quieres llegar lejos vete acompañado”. Para la consagrada, "María madre de la Iglesia con su Si al Señor es mi modelo a seguir".
"La clave de mi historia de amor con Él es sentirme habitada por su presencia"
Mª Perdón Pérez, virgen consagrada de la diócesis de Pamplona-Tudela "es feliz". Con esta rotundidas ha explcado que "nunca hubiera imaginado la vida como consagrada que me ha regalado el Señor, desde que en 2004 me consagré a Él en el seminario de Pamplona. Ha sido y es una vida plena, llena de rostros con los que comparto mi fe, grupos de jóvenes y adultos, enfermos a los que visito, personas con diferentes necesidades que me piden ayuda…"
Su trabajo en un colegio concertado como profesora de Lengua y Literatura en secundaria, hace que comparta alumnos y compañeros "el día a día, intenso y alegre, sencillo. El Señor me ha regalado sentirme querida por Él y por tanta gente con la que me encuentro día a día".
La clave de "su historia de amor con Él" es sentirse "habitada por su amor y presencia. Lo vivo en cada Eucaristía diaria, en la oración, en un retiro acompañada de gente que también siente que Dios le ama y quiere compartirlo, en las actividades que vivo con jóvenes, tan ilusionados con su vida, con su futuro… Me siento muy afortunada de poder acompañarlos y sentir que confían en mí. Ese es un regalo del Señor", ha afirmado. "Siempre me sorprende con nuevos rostros a los que acompañar, nuevos proyectos que apoyar. Mi certeza es que, pase lo que pase, siempre será con Él. Eso me da paz y renueva en mí la ilusión por ser suya y de los demás, de todo aquel que me necesite y el Señor ponga en mi camino. Y todo esto lo experimento día a día porque hace unos años le dije Sí a su proyecto y me fio de lo que Él ha soñado para mí desde toda la Eternidad".
Mª Perdón ha querido concluir dando las gracias "a mi querida Iglesia que ha permitido que viva mi consagración con plenitud y me ayuda y acompaña. Gracias Señor por tanto regalo inesperado y por tu amor incondicional. Gracias por la familia que me has dado, por mis padres que me transmitieron la vida y la fe y ahora están contigo en el Cielo, por mis amigos, por las Vírgenes Consagradas de mi Diócesis con las que comparto vocación, por mis alumnos, por jóvenes y adultos con los que comparto la fe, por los usuarios de Bocatas con los que aprendo a verte en su pobreza, por tantos momentos inolvidables".
"La consagración no es lo que hacemos"
Por su parte, Teresa Rodríguez, de la Fraternidad Misionera Verbum Dei y actual vicecanciller del arzobispado de Granada, asegura que "vivir la vida consagrada hoy es ser testigo de la fuerza y el poder que tiene la Palabra de Dios cuando llega al corazón de las personas: «Id poneos en camino, haced discípulos a todos los pueblos y bautizadlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, enseñándoles a poner por obra todo lo que os he mandado»".
"Soy miembro de una comunidad donde Dios ha querido reunir en torno a un carisma misionero a personas procedentes de culturas diversas, diferentes en forma de pensar, de vivir, de actuar, las cuales, por su gracia, pueden hacer posible su Reino y proclamarlo", asegura para Ecclesia. Además, dice que "vivir como consagrada es una dedicación a proclamar con la vida y la palabra que el amor de Dios llena el corazón de todo hombre y de toda mujer, que da sentido a la existencia humana y la proyecta más allá de lo que podemos pedir o imaginar".
Desde su consagración está convencida que la significatividad de la vida consagrada depende de la acogida, de la adhesión y respuesta afirmativa que se dé a la Palabra de Dios. Por ello, es misión estar atentos a calidad del diálogo con Dios y a la oración.
"La consagración no es lo que hacemos, podemos hacer muchas cosas, pero todo quedaría vacío y sin sentido sin vivir con Él y para Él, reconociéndonos en Él. Consagración es vivir de Dios para continuar la obra de la creación que inició en nosotros: «Reproducir la imagen de su Hijo» (Rom 8). Vivir el inapreciable don de ser hijos y hermanos entre nosotros, en comunión con Él".