Raquel Pérez Sanjuán: "La asignatura de Religión es necesaria para el desarrollo integral"
La directora del Secretariado de la Comisión Episcopal para la Educación y la Cultura ha explicado en el programa Iglesia al Día de TRECE la nueva campaña de la asignatura
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«Invitamos a que se matriculen en religión, porque es una asignatura buena y necesariapara su desarrollo integral». Con esta invitación, la directora de la Comisión Episcopal para la Educación y la Cultura, Raquel Pérez Sanjuán, ha participado en el programa Iglesia la Día de TRECE para hablar de la nueva campaña de la asignatura de religión. Una campaña que va dirigida a los padres y alumnos entre los 13 y 17 años, para que se animen y matriculen en esta asignatura.
La directora ha subrayado “el carácter escolar y académico de la asignatura, su aportación específica, necesaria para la formación integral de la persona y para la construcción de sociedades respetuosas con la diversidad cultural y religiosa». Valores, ha explicado “que son necesarios para el desarrollo personal y social
Valores necesarios para el desarrollo personal y social
La Religión propone “el conocimiento de la propia tradición religiosa y cultural, y el aprendizaje de valores necesarios para el desarrollo personal y social de niños y jóvenes, preparándoles el futuro”, expone la campaña.
Para la Comisión Episcopal estudiar Religión invita a descubrir “la mejor versión de la vida, recorriendo algunas de las contribuciones específicas que hace este área a la enseñanza básica del alumnado, como desarrollar autonomía y espíritu crítico desde la visión cristiana de la persona”.
Acogida y escucha la interioridad como base del proyecto vital
Para ello, animan a los padres a inscribir a sus hijos a clase de religión o motivarles a que lo hagan por ellos mismos para “aprender a dar razón de las propias creencias desde el respeto a las de los demás”. Una forma de profundizar durante esta asignatura “en la acogida y escucha la interioridad como base del proyecto vital”.
Además, es una invitación “a proteger y cuidar la naturaleza como creación de Dios y casa común de la humanidad; admirar y disfrutar del patrimonio religioso como expresión de la experiencia cristiana; buscar y estimar el bien común desde los principios y valores de la enseñanza social de la Iglesia”.