La reflexión de Amadeo Rodríguez, obispo emérito de Jaén, sobre el presente y futuro de la Iglesia: "O es en salida o no entra nadie"
En el programa 'Eméritos' de TRECE, Rodríguez ha repasado sus años de infancia, su entrada en el seminario o su etapa como obispo de Plasencia y Jaén: "Ninguna diócesis es como la otra ni la ejerces igual que otra"
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Amadeo Rodríguez ha regresado a Mérida, ciudad en la que comenzó como párroco en sus primeros años como sacerdote. Poco tiene que ver la 'Emérita Augusta' de hoy con la de hace cinco décadas, como ha subrayado en el programa 'Eméritos de TRECE.
El hoy obispo emérito de Jaén vive con Jacinta, una de sus dos hermanas mayores. Todos ellos nacieron en la localidad pacense de San Jorge de Alor, pedanía de Olivenza y en la frontera con Portugal, a la que Amadeo Rodríguez regresa cada año en sus fiestas patronales.
Su padre era jornalero, mientras a su madre la define como mujer “de talante, hábil, buena costurera que cosía para sus hijos”. Fue en su familia donde nació su vocación religiosa, a la que se unió sus años como monaguillo.
Pese a criarse en una España de tantas carencias, lo recuerda como años felices: “La felicidad te la daba la convivencia, mi familia se llevaba bien con todo el mundo. Vivieron la guerra, uno de mis tíos murió en la guerra, otros fueron heridos... Vivieron en la frontera con Portugal lo horrible de aquello”, ha explicado.
Luego llegarían sus años como seminarista, hasta donde llegó Amadeo Rodríguez “culturalmente bien preparado”. Durante muchos años se dedicó a la educación y a la catequesis. En este sentido, ha reivindicado los esfuerzos de la Iglesia por trabajar con una “perspectiva clara y con acciones concretas” en este ámbito a través de “sínodos, parroquias y diócesis que abren caminos de la nueva evangelización...”
"La Iglesia en Salida no es un bonito eslogan, o sale o no entra nadie"
Y es que como recuerda, el obispo emérito de Jaén, la activación del laicado hacia donde tiende la Iglesia contrasta con las décadas anteriores, cuando “la vida de la parroquia dependía de la actividad
del sacerdote, tanto la litúrgica como el trato con la gente, pero los laicos no tenían ningún tipo de participación, eran pasivos”.
Para Rodríguez, la Iglesia debe “abrir nuevos caminos”, bajo el pretexto de que “la Iglesia en Salida no es un bonito eslogan, es que o sale o no entra nadie, tiene que llamar la atención, estar entre la gente, pero tiene que mantener su presencia en lo fundamental. Ahora llama la atención nuevos movimientos de la Evangelización, como el primer anuncio que tiene un peligro, y es que o trabajan en comunión con la Iglesia o pueden diluirse porque no son tantos ni tan fuertes”, ha opinado.
A juicio del obispo emérito, pese a los tiempos recios y las crisis vocacionales, hay brotes verdes, poniendo el acento en el Sínodo de la Sinodalidad impulsada por el Papa Francisco: “Ha acertado con el tema de la sinodalidad, tomando decisiones de que esto no lo tiene que copar solo cardenales, obispos y sacerdotes, esto es el pueblo y lo tiene que hacer todo el Pueblo de Dios juntos”.
El recuerdo de Amadeo Rodríguez como obispo de Plasencia y Jaén
Antes de ser obispo de Jaén, Amadeo Rodríguez fue titular de la diócesis de Plasencia, de la que es Hijo Adoptivo y se sintió muy bien acogido: “Es una Iglesia homogénea, y era el clero más culto de Extremadura por su cercanía con Salamanca”.
De su etapa en Jaén, Rodríguez destaca que se trataba de “un clero dócil, mucho más que Plasencia, que vivió más los brotes del posconcilio, pero Jaén era muy diocesana, con obispos que crearon una estructura de Iglesia organizada”, ha precisado.
Para Amadeo Rodríguez, no es fácil ejercer esta responsabilidad, sino que tiene que aprenderse como todas las profesiones: “Cuando llegué a Plasencia, tras tantos años de vicario episcopal y general de Antonio Montero, creí que lo sabía, que no iba a tener miedo escénico a ninguna reunión o encuentro con ningún colectivo. No hay ninguna diócesis igual porque surgen matices dentro de la vida pastoral, por ejemplo la llegada de 'Evangelii Gaudium', que fue algo que había que incorporar y conocerla a fondo y había que hacerlo acompañado si querías que aquello tuviese difusión. Ninguna diócesis es como la otra ni la ejerces igual que otra”, ha subrayado.