Ricardo Blázquez, sobre la reconciliación de la sociedad vasca: "Quizás el paso del tiempo cure muchas llagas"
El cardenal recuerda en 'Eméritos' su etapa como obispo de Bilbao, marcada por el secuestro de ETA a la sociedad vasca: "El fenómeno del terrorismo debe ser recordado"
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El arzobispo emérito de Valladolid recuerda como una etapa “de mucho ruido” su llegada a la diócesis de Bilbao en 1995, tiempos en los que la sociedad vasca vivía atemorizada por la acción de la banda terrorista ETA.
En el programa 'EMÉRITOS' de TRECE, el cardenal Ricardo Blázquez expliaba cómo su madre se enteró de la noticia de que sería nombrado titular de la diócesis vizcaína: “Mi madre veía los informativos, y me decía que iba a tener problemas. Fue muy ruidoso por todas partes, sobre todo con la expresión de Arzalluz (líder por entonces del PNV) diciendo 'un tal Blázquez”, ha evocado.
Poco a poco el camino se fue allanando, aunque fue un periodo no exento de dificultades, donde el por entonces obispo de Bilbao tuvo que acompañar a los familiares víctimas del terrorismo. Sobre esta cuestión, Ricardo Blázquez distinguió entre el nacionalismo, el independentismo y el terrorismo.
“A un cierto nacionalismo tenemos derechos todos, también los abulenses. Hay un tipo de nacionalismo que puede ser traducido en palabras más inocentes como el amor a la tierra, el amor a los conciudadanos. El independentismo ya es otra cosa, y no digamos el terrorismo”, ha expresado.
Al hilo de este asunto, el actual arzobispo emérito de Valladolid no puede olvidar cómo la sociedad vasca convivió con la lacra terrorista: “Nunca debió haber existido, porque no se puede comprender que una persona al salir por la mañana al trabajo tenía que mirar debajo del coche porque podía haber una bomba lapa. O como me dijo el alcalde, que se refería a los guardaespaldas como ángeles de la guarda. Muchos con el corazón en un puño”.
“Quizás el paso del tiempo cure muchas llagas”
Asimismo, recordaba Blázquez cómo los ciudadanos vascos afrontaban el día a día sobrecogidos, “casi amedrentados”, impidiendo un diálogo “con otra persona sin saber qué pensaba el interlocutor”.
Por ello, la sociedad vasca acogió con gran alivio el día que ETA declaró que renunciaba al ejercicio de la violencia, aunque como ha precisado el purpurado, este alivio no es el final, ya que ahora nos encontramos en un periodo de transición y de cicatrizar heridas tras años de daños y asesinatos.
“Muchas heridas en el corazón de tantas personas y familias tienen que cicatrizar porque el causante de esas heridas tienen que reconocer el mal que ha hecho. Para establecerse una convivencia de honda reconciliación, se requiere también de apoyos de otras personas. Quizás el paso del tiempo cure muchas llagas. Yo me he encontrado con personas que desde el primer momento han perdonado. Recuerdo una madre que tomaba la mano de su hija, porque habían asesinado a su esposo, y le dijo 'hija, tienes que perdonar, tenemos que perdonar porque nuestro Señor ha perdonado”, recordaba el cardenal.
“El fenómeno del terrorismo debe ser recordado y estudiado”
Uno de los episodios que Ricardo Blázquez nunca podrá olvidar de aquella etapa fue el asesinato de Miguel Ángel Blanco y su visita al hospital de Aranzazu: “Pude verle, darle un beso, estar con la familia, que estaba destrozada. ¡Cuánto sufrimiento! Todo esto requiere su tiempo”.
No obstante, ha lamentado que algunos de los terroristas que han abandonado la cárcel tras cumplir condena, sean recibidos como héroes. Un hecho que el religioso ha calificado en 'EMÉRITOS' de “escarnio”
Asimismo, ha lamentado que haya buena parte de la juventud española que no conozca a Miguel Ángel Blanco. Un aspecto, afirma, que se debe corregir: “El fenómeno del terrorismo debe ser recordado y estudiado porque lo que se olvida estamos expuestos a repetirlo”, ha alertado.