Richard Reinsch: "La función actual de las instituciones políticas es imponer la igualdad individual"
El director del Centro B. Kenneth Simon de Estudios Estadounidenses ha participado en el Congreso Católicos y Vida Pública: "Existe un intento de redefinir la familia"
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“La función actual de las instituciones políticas no es facilitar el florecimiento individual sino imponer la igualdad individual, subsumiéndonos a todos en un conjunto igualitario de agravios, redistribución y retribución”.
Con estas palabras, el director del Centro B. Kenneth Simon de Estudios Estadounidenses de la Heritage Foundation, Richard Reinsch, ha advertido sobre la cultura woke en su conferencia en el 24 Congreso Católicos y Vida Pública, que anualmente organiza la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU y que este año lleva por título ‘Proponemos la fe. Transmitimos legado’.
En este sentido, Reinsch ha hecho hincapié en intento por parte del Estado americano de conseguir una mayor concentración del poder en Washington, frente a la tradición del poder descentralizado. “Existe - además - un intento en marcha de redefinir la familia en una dirección elástica ilimitada que daña a los que entendemos que es la clave para el florecimiento humano”.
El director del Centro B. Kenneth Simon de Estudios Estadounidenses ha resaltado que “bajo el wokeismo, los rasgos que definen a una comunidad decente, como el perdón, la humildad y el compromiso, no serán posibles, y quienes los sugieran serán acusados de racismo. La constitución de justicia social del despotismo alimentaría un estado construido con un propósito: destripar las libertades que los occidentales disfrutan actualmente. Si el liberalismo de izquierdas siempre ha estado en guerra con el estado de derecho y el estado restringido, la cultura woke destruirá todas las nociones establecidas o limitadas de la ley”.
Respecto a las libertades individuales, Reinsch ha aseverado que las instituciones políticas occidentales se sostienen o caen en última instancia por su capacidad para inculcarnos los hábitos de un pueblo libre y virtuoso; algo que contrasta con el wokeismo, que rechaza cualquier noción de integridad individual o una noción distintiva de personalidad. “La libertad intelectual - ha añadido - es inexistente. El discurso se filtraría a través de un conjunto de censores que castigarían o bendecirían nuestras palabras según sus criterios ideológicos y, por tanto, nuestra forma de pensar y hablar giraría en torno a numerosos testimonios sobre la opresión”.
El académico ha asegurado que la creencia tiene como propiedad esencial la comprensión a través de la razón, y ha afirmado que la persona anhela un significado y respuestas a preguntas más profundas: “Si todo esto se ignora, ¿no buscarán expresarse en algún tipo de verdad que sea aceptada por las autoridades? ¿No es esta la forma de la política liberal de la izquierda actual?”.
En este sentido, Reinsch se ha cuestionado si nuestra herencia occidental no ha sido enseñada o ha sido negada por varias autoridades institucionales y ha resaltado que dicha herencia ha sido reemplazada tanto por la voluntad autónoma como por la colectiva, que encuentran su culminación en una ideología que promete socavar una estructura de poder racista, sexista e injusta: “Este es el objetivo de la política de identidad. Los motivos morales nuevamente encuentran una forma científica de avanzar en una sociedad en gran parte incapaz de entender o creer en la religión y la filosofía clásica del pasado pecaminoso” - ha recalcado.
Reinsch ha concluido que las raíces de la política de identidad se encuentran en la epistemología, la antropología y la oposición a Dios por parte del marxismo: “La libertad según el marxismo requiere ante todo una igualdad integral. El individuo está radicalmente subordinado a la comunidad y su libertad depende de que la estructura de toda la comunidad sea transformada por la eliminación de la familia, la religión, la nación, el ejército, entre otras instituciones vitales”.
“Dicha política de identidad - ha remarcado - continúa esta búsqueda enfocándose incansablemente en nuestra memoria histórica, insistiendo en que quienes somos ahora deben ser subvertidos porque provienen del pasado envenenado del patriarcado occidental, el cristianismo occidental, el capitalismo, el sexismo, la homofobia, etc.” Ha recordado que “la libertad que requiere la reestructuración de la comunidad humana es obviamente una mentira. El contraste aquí no es solo con la política de identidad y su posmodernismo, sino con el espíritu racionalista modernista que le ha abierto el camino, que es en gran medida positivista, renunciando a la búsqueda de la verdad misma en favor de lo que nos conviene. El positivismo - ha concluido - equipara la verdad con lo que podemos medir y demostrar empíricamente”.
Esta tarde, a partir de las 18h, sigue el 24 Congreso Católicos y Vida Pública con la ponencia del profesor de Antropología Filosófica de la Universidad CEU Cardenal Herrera, Higinio Marín Pedreño, hablará sobre ‘Tradición e invención de lo humano: los hábitos del corazón’. Posteriormente, el pintor español de estilo realista y academicista, especializado en pintura de historia y de batallas, Augusto Ferrer-Dalmau, participará en el acto cultural del Congreso. Mañana se clausurará el evento con una eucaristía presidida por el cardenal arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, la conferencia de S.A.I.R Archiduque Imre de Habsburgo-Lorena y la lectura del Manifiesto del Congreso.