De rondar la muerte tras sufrir un ictus a una recuperación milagrosa: el testimonio de Luis Gomariz, sacerdote en Molina del Segura, en Murcia
El sacerdote es un ejemplo de que Dios “sale al encuentro de la enfermedad si dejas escuchar y abrir tu corazón”, como ha expresado el Papa Francisco durante su periodo de enfermedad y convalecencia

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El Padre Luis Gomariz sufrió hace trece años un ictus donde a punto estuvo de perder la vida. En aquellos años era párroco de Nuestra Señora del Carmen en Lorca, por lo que el terremoto del 2011 le afectó de lleno. El drama que vivieron sus feligreses y las preocupaciones diarias pasaron factura a la salud del sacerdote murciano.
El ictus le dejó secuelas severas. Tanto es así que los médicos le enviaron a casa para morir: “Según el médico no había solución, había cogido un camino degenerativo que terminaría sin hablar, sin ver...”
Durante meses, la obsesión de Luis Gomariz era la muerte y la agonía: “Casi no andaba, casi no hablaba ni escribía”, ha detallado en 'Ecclesia al día'.
" Dios sale al encuentro de la enfermedad si dejas escuchar y abrir tu corazón”
Pero todo cambió cuando un día, a través de su enfermedad y su dolor, sintió la iluminación de Dios. Y es que el sacerdote es todo un ejemplo de que Dios “sale al encuentro de la enfermedad si dejas escuchar y abrir tu corazón”, como ha expresado el Papa Francisco en los últimos tiempos en los que ha estado hospitalizado y en periodo de convalecencia.
“La Virgen me iluminó y me decía que hiciera lo que estuviera en mi mano y el milagro lo haría Él”, recuerda Gomariz. Desde entonces, el sacerdote inició un duro proceso en el que tuvo que volver a aprender a andar, hablar, leer y escribir.

“Mi padre, que en paz descanse, me llevaba con el andador pasito a pasito al fisio, y tenía que decir todas la vocales al logopeda, me comía la comida de mi madre, salía con mi familia para pasear con el andador...”, recuerda Luis Gomariz en TRECE.
“Aunque estoy débil, frágil y muchas veces con la lengua que no tiene una dicción clara estoy aquí, y si Dios quiere no dejaré de soñar nunca. Por eso el mensaje de esperanza que ha dado el Papa me identifico con él porque estoy en esa situación”, ha puntualizado.
"Aunque no hubiera mejorado solo con escuchar a Dios me bastaba"
Su experiencia ha llevado a Gomariz ha aconsejar a los enfermos a que “estén abiertos a escuchar a Dios, porque el que escucha a Dios en la enfermedad, tiene lo que necesita. Aunque no hubiera mejorado, no hubiera hablado, ni andado, solo con escuchar a Dios me bastaba. En Dios encuentras el consuelo, la fuerza para seguir adelante, la esperanza y ese ánimo de no estar solo”, ha asegurado.
Actualmente, Luis Gomariz es párroco de San Vicente Mártir, en Molina del Segura. Cuando sufrió el ictus en 2012, y dada las graves secuelas el obispo le derivó a una parroquia más pequeña donde permaneció ocho años. Todo cambió hace tres años, cuando el sacerdote de Molina del Segura falleció.

“El obispo decía que podía ser párroco perfectamente de esa parroquia, y aquí hago de todo, necesito ayuda muchas veces porque lo peor que llevo es subir y bajar escalones. Es tierno que la gente me ayude a bajar escalones, me dan la mano... La enfermedad te hace humilde porque te hace dependiente de los demás y los demás hace el corazón a la ternura. El que se acerque a un enfermo ve a Dios en él”, ha afirmado.