Sor Julia: “El Señor me hizo ver que yo tenía que ser Hija de la Caridad”

La hermana reflexiona sobre su vida y su vinculación con la oración en la Escuela Diocesana de Toledo

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Redacción Religión

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La Escuela Diocesana de Oración de Toledo es una iniciativa que coordina la Delegación de Espiritualidad y es impartida por el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves. En este tercer curso se ha contado con testimonios de vida de oración de religiosos y religiosas pertenecientes a los conventos y monasterios de esta archidiócesis. El objetivo de esta acción pastoral es ofrecer a todas las personas una escuela de oración y profundizar en la dimensión orante de la vida. Asimismo, pretende aunar y coordinar a todos los centros de espiritualidad diocesanos para que, a través de los grupos de oración, sea un auténtico acompañamiento en la oración cristiana.

, Hija de la Caridad, se encuentra en el colegio de San Juan Bautista y en marzo cumplirá 55 años de vocación. Sobre cómo nació su vocación indica que fue “

. Allí nos recibieron con muchísima amabilidad y cariño y enseguida empecé a disfrutar de mi nuevo colegio. Fui muy feliz. Las personas que me recibieron fueron todo bondad y alegría. Yo veía cómo se querían entre ellas, como trabajaban y cómo nos inculcaban la oración a las niñas y el servicio a los pobres”.

Explica que “nos iban introduciendo en el servicio de amor a los pobres. Fui creciendo, salí del colegio, pero nunca dejé a las Hijas de la Caridad. Con 18 años empecé a trabajar en una empresa muy importante de telecomunicaciones y viajaba mucho y estaba muy bien. El recuerdo de las Hijas de la Caridad lo tenía en mi corazón y seguía viéndolas”.

"El Señor me hizo ver que tenía que ser Hija de la Caridad"

“Un día una amiga me dijo de ir a Sevilla a ver las procesiones de Semana Santa. Acepté y mira tú por donde, el Señor tiene sus planes, se acercó una hermana y me dijo que fuésemos a hacer ejercicios espirituales a Madrid con algunas jóvenes. Se lo propuse a mi amiga y finalmente no fuimos a Sevilla y nos quedamos en Madrid. Nos fuimos de ejercicios espirituales y eso fue el principio. Allí el Señor me hizo ver que yo tenía que ser Hija de la Caridad”.

Un estilo de vida sencillo

Las Hijas de la Caridad somos una sociedad de vida apostólica que vivimos entregadas a Dios para servir a Cristo en los pobres, siendo el servicio, la expresión de nuestra entrega total a Dios. Es una puesta en práctica del amor de Cristo. Es manantial y modelo. Nuestro estilo de vida es muy sencillo y somos buenas cristianas, con todo lo que esto significa”

Por último ha explicado: “Tengo dos sesiones de oratoria con los niños del cole. Allí no solo intento enseñar a orar a los niños, sino que yo oro con ellos, yo disfruto un montón. Cuando se ama a Cristo, y se confía en Él y se ora, se sale adelante”.

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