"Te están vendiendo un mito que no es real": Lupe Batallán desmonta la falacia de la liberación sexual
La activista argentina, referente del pensamiento católico entre los jóvenes hispanoamericanos, habla sobre el aborto, la pornografía y la prostitución argumentando que éstas prácticas conducen a la infelicidad y la destrucción de los vínculos sociales
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Lupe Batallán, una joven activista argentina de 26 años, se ha convertido en una prestigiosa voz en la defensa del pensamiento católico entre los jóvenes de Hispanoamérica. En su primera visita a España, Batallán ha hablado en 'Eclesia, es domingo' para abordar temas controvertidos como el aborto, la pornografía y la prostitución desde una perspectiva que combina la evidencia científica con la moral cristiana.
Su historia personal , junto con su oratoria y juventud, la convierte en una figura inspiradora que busca despertar conciencias y desafiar las narrativas que dominan la sociedad actual.
La Ciencia y la Moral al Servicio de la Vida
Batallán sostiene que la defensa de la vida debe sustentarse en un fundamento científico, ya que es la herramienta que mayor credibilidad posee en la actualidad. Reconoce la sobreabundancia de información, a menudo distorsionada, y la inclinación del público a dar por ciertas afirmaciones sin verificar su origen o veracidad. "La gente cree que sabe todo porque lo buscó en Google" advierte.
En el debate sobre el aborto, critica la manipulación de datos científicos para justificar la interrupción del embarazo. "Uy, me voy a buscar el desarrollo embrionario en Wikipedia, saco tres datos, los descontextualizo porque no entiendo cómo funciona el paradigma de la biología y de pronto te digo que el sistema nervioso central se forma en la semana 20 y antes de eso no hay persona," ironiza.
"El aborto marcó muchísimo mi familia materna" confiesa. "Mi mamá nació porque mi abuela se hizo muchos abortos, y el médico le dijo, esta es la última, no abortes porque corre riesgo tu vida".
Para Batallán, "tiene que haber formación, información y un alineamiento claro" explica. La ciencia que no tiene un objetivo ético claro, orientado a la protección del ser humano, es decir cuidar y hacerle la vida más cómoda y fácil, se convierte en un instrumento peligroso, un "barco sin capitán". La moral cristiana, con la dignidad de cada persona, proporciona la brújula necesaria para guiar el progreso científico hacia un futuro donde la vida sea siempre respetada y valorada.
Desenmascarando el Mito de la "Liberación" Sexual
'Calladita te ves más bonita' es el título de su ciclo de conferencias, también de su libro, donde aborda la polémica sobre la liberación sexual de la mujer. Se muestra crítica con el concepto , que promueve prácticas como la masturbación, la pornografía y el sexo casual. Defiende que es un tremendo error y un tremendo ataque a la propia dignidad de la mujer ese falso concepto de liberación sexual.
Argumenta que, lejos de conducir a la felicidad, estas prácticas desembocan en la infelicidad, la depresión, la ansiedad y la incapacidad de establecer vínculos auténticos con otros. "Vos analizas los datos, por ejemplo, de las personas que más se masturban versus las personas que no y vas a ver que las personas que más se masturban, manifiestan en las propias encuestas que usan los defensores de las prácticas de la masturbación, que no son felices," afirma. "Es un ejercicio intelectual muy sencillo darse cuenta que te están vendiendo un mito que no es real" afirma.
Para la joven activista argentina, estas prácticas destruyen los vínculos sociales, como el que existe entre madre e hijo, el amor entre hombre y mujer, y la solidaridad con el débil y el vulnerable. El resultado es una sociedad dividida, compuesta por individuos aislados e infelices que buscan llenar un vacío existencial mediante el consumo desenfrenado de bienes materiales y experiencias efímeras.
"Las cosas no llenan, no es consumir, consumir y que las cosas no llenen," concluye Batallán, señalando la contradicción a este modelo de "felicidad" basado en el placer inmediato y la satisfacción de los deseos individuales. La verdadera liberación, según su perspectiva, radica en el cultivo de virtudes como la templanza, la castidad y el amor desinteresado, que permiten al ser humano trascender sus impulsos egoístas y construir una vida plena de sentido y felicidad genuina.