Una forma diferente "de trabajar en el ámbito educativo del tiempo libre": Así trabaja la Iglesia

El congreso “La Iglesia en la Educación” es una oportunidad para compartir y visibilizar experiencias, proyectos individuales, en equipo o institucionales que son expresión de la presencia y compromiso eclesial en la diversidad de ámbitos en los que estamos presentes. La celebración del panel de experiencias que celebramos en octubre en cada uno de los nueve ámbitos, en diferentes diócesis, es solo el inicio de un proceso de participación abierta en la que todos los cristianos estamos llamados a compartir nuestra “presencia y compromiso”.

En la sesión final del congreso, el 24 de febrero de 2024, en Madrid, expresaremos de alguna manera la suma de todas las presencias compartidas y renovaremos nuestro compromiso eclesial de servicio al bien común a través de la educación. Por tanto, nos invitamos a compartir nuestra experiencia cumplimentando esta plantilla asegurando algunos datos mínimos que nos permitan organizar la presentación en el congreso.

Entre otras cuestiones, se dialogará del papel de las Escuelas de Segunda Oportunidad y formación para la inserción social y profesional; José Ramón Castañón, de la Archidiócesis de Oviedo, hablaron de cómo educar en el tiempo libre desde el punto de vista pastoral; se reflexionará sobre el ámbito cultural con la ponencia «Gaudí y la Sagrada Familia: una experiencia interior» y también se charlará sobre deporte y religión.

Uno de los objetivos de esta primera fase es difundir algunos proyectos educativos que tiene en marcha la Iglesia, tanto a nivel personal como institucional, en cada uno de estos ámbitos. Cada lunes y miércoles del mes de octubre, se va a dar voz a sus protagonistas que contarán qué hacen y cómo lo hacen en los nueve Paneles programados.

Con todas estas experiencias y las aportaciones que se reciban se preparará el Congreso del 24 de febrero que será la continuación de estos Paneles y del proceso participativo.

El 24 de febrero será la conclusión de este proceso de encuentro y participación en el que se invita a caminar juntos a toda la comunidad educativa. También será un punto de partida para renovar la presencia y el compromiso de la Iglesia con la educación y hacer su aportación específica a los retos y desafíos que se plantean a nuestras propias instituciones e iniciativas educativas en este momento particular.