Un vecino de Almería compra un crucifijo por internet y alucina por lo que hay en su interior: "Era verdad"
Eduardo López ha desvelado en COPE los secretos que esconde la reliquia que compró por casualidad en Internet: este es el precio que llegó a ofrecerle un comprador por la cruz
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Eduardo López es un vigilante de seguridad almeriense, aficionado a coleccionar antigüedades. Hace casi un año compró en un portal de segunda mano una cruz que necesitaba para colocar sobre ella la figura de un Cristo que había adquirido días antes en un mercadillo.
Tal y como ha relatado en ECCLESIA, todo comenzó en marzo 2023: “En un bazar de segunda mano vi en una estantería baja un Cristo sin cruz. Soy católico y me dio cosa de que estuviera tirado, por lo que compré el Cristo y al mes siguiente busqué por Internet una cruz, miré mas de cien y me llamó la atención la cruz que terminaba en una flor de lis”.
Eduardo no se podía imaginar que se trataba de un fragmento del 'Lignum Crucis', reliquia que se refiere a la Santa Cruz usada por los romanos para crucificar a Jesús de Nazaret. Tan solo le supuso un coste de 22 euros.
“No sabía lo que estaba comprando y el señor que me la vendó no sabía lo que me estaba vendiendo. Se la compré a un señor de Cáceres y el paquete me llegó el 4 de mayo. Cuando lo abro lo primero que me llama la atención es que en el centro de la cruz hay un pequeño relicario”.
El comprador le había advertido que en la base de la reliquia había un pequeño cajón atornillado. Eduardo no dudó en desatornillarla, y en su interior se encuentra con un papel doblado a la medida exacta del cajón.
Las firmas que certifican que las astillas que esconde la reliquia pertenecen a la Vera Cruz
Cuando el almeriense lee el papel, observa que se trata de un certificado en latín firmado por el vicario general de un cardenal francés, Henry Gayet, con fecha del 28 de enero de 1924, en el que autentificaba que las dos astillas que se encuentran dentro del relicario pertenecen a la verdadera cruz en la que murió Jesús.
“Debajo está refrendado por el obispo de Cáceres Francisco Cavero Tormo el 16 de julio de 1946, con una frase que dice 'Vimos y asentimos', certificando que eso era verdad. Lo sella y lo refrenda”, ha asegurado Eduardo.
Desde 1946 el relicario no volvió a abrirse. A lo largo de este año, Eduardo López ha investigado el origen de la cruz, consultando incluso en la diócesis francesa de Reims, donde le confirmaron que la firma era de Gayet, aunque pocos datos le pudieron proporcionar sobre el relicario.
“Era el final de la primera ocupación alemana, tiempos convulsos con incendios y saqueos. Suponemos que alguien que se exilió desde Francia a España tenía entre sus pertenencias el 'Lignum Crucis' y cuando llegó a Cáceres lo llevó al obispado y lo volvió a certificar. Desde entonces ha estado 77 años guardada en una casa sin cumplir lo que ponía el mandato del cardenal francés, que decía que tiene que estar en un lugar de culto para la veneración de los fieles, cosa que no se ha cumplido hasta que yo lo he comprado”, ha comentado.
Eduardo entregará el 'Lignum Crucis' el próximo 3 de mayo a su parroquia de Almería
Para dar cumplimiento a la orden del cardenal francés, el próximo 3 de mayo Eduardo entregará la reliquia a la iglesia de San Sebastian de Almeria. Los visitantes que acudan a visitar la reliquia, contemplará una cruz que mide unos treinta centímetros. El relicario, en el centro, alberga las dos astillas: “Dentro del relicario la primera cruz es de oro y en cada punta de esa cruz de oro van cuatro perlas que ya ha visto un joyero profesional y certifica que son perlas buenas, que cuesta diez veces lo que yo pagué por el relicario. Esto demuestra que quien me lo vendió no sabía lo que vendía”, ha precisado,
En la parte trasera de la cruz, se esconde una pequeña puerta que se abre y cierra donde hay una Virgen de plata tallada a mano: “Por la procedencia de Reims pensamos que era la Virgen de Lourdes y cuando se lo enseñamos al obispo de Almería nos sacó de la duda, y no era Lourdes, sino Nuestra Señora de la Apocalipsis, lo que en España conocemos como la Virgen de la Inmaculada”, ha subrayado.
También en el interior del cajón, Eduardo se percató de unas hoja de piedra que pensaba era laurel: “Otra vez el obispo de Almería nos sacó de dudas y nos dijo que no era laurel, sino dos hojas del Monte de los Olivos del huerto de Getsemaní”, ha aseverado.
Las dos razones que expone Eduardo para no vender la reliquia
Como católico, Eduardo asegura que no puede lucrarse de la reliquia. Posibles compradores no le han faltado. Estaban dispuestos a pagar lo que Eduardo pidiera: “Me escribió un señor de México y me preguntó si estaba en venta, y que le dijera la cantidad que quisiese y se encargaría de que el dinero me llegase, pero le dije que no está en venta por dos razones: porque como cristiano tengo que cumplir el mandato de que esté en un lugar de culto, y no hay dinero ni razón que me pueda hacer cambiar de idea, y segundo porque a Jesuscristo ya lo vendieron”, ha recordado.
En la actualidad se encuentran repartidos por el mundo un número impreciso de 'Lignum Crucis', que son fragmentos de la cruz de Cristo. Concretamente en España se conservan alrededor de veinte. Una de ellas se encuentra en el monasterio de Santo Toribio de Liébana, en Cantabria, que este domingo cierra su Año Santo Lebaniego con una Misa presidida por el obispo de Santander y que retransmitirá TRECE a las doce del mediodía.