De viudo a sacerdote con 73 años: "Mi mujer se estaría riendo desde el cielo"

Nicola Pacetta es italiano y ha escogido el camino del sacerdocio a los 73 años. Antes estuvo casado y, de hecho, tiene hijos y seis nietos. Sin embargo, tras la muerte de Giuliana, su mujer, en octubre de 2011, se planteó de nuevo su vida de cara a Dios. El resultado de ese discernimiento le llevó al Camino Neocatecumenal y al sacerdocio. El día de su ordenación, los periodistas le preguntaron qué creía que le diría su difunta mujer si lo viera en ese momento. Él respondió: "Estoy seguro de que se está riendo desde el cielo".

Giuliana se estaría alegrando por Nicola el pasado 11 de mayo, cuando el arzobispo de Campobasso, Mons. Bregantini, le impuso las manos y le ordenó sacerdote en la parroquia de San Antonio de Padua. Nicola lo explica así a la revista Famiglia Cristiana, desde una de los rasgos característicos de su mujer. "Siempre fue muy irónica en el sentido positivo del término, pero también respetuosa de todas mis elecciones". "Siempre estuvo a mi lado", añade.

Para el nuevo "padre", este curioso paso vocacional sólo es uno más dentro de lo que, considera, ha sido su recorrido junto a Dios. Su vida, asegura, está marcada por la "fidelidad de Dios que sostiene y cuida un viaje y que me hizo experimentar su amor a lo largo de los años".

A Nicola también le sorprendió la reacción de sus familiares y amigos. Al principio, reconoce que le daba miedo contárselo. Sin embargo, después de hacerlo, todos acogieron su decisión: "No estamos sorprendidos, para tí es la elección correcta", recuerda que le dijeron.

El hecho de que el P. Nicola haya terminado dando el "sí" a Dios como sacerdote es el punto y seguido de una historia que comenzó en su juventud. Por entonces, ya se preparaba para ser sacerdote en un seminario franciscano. Llegó hasta la etapa del noviciado antes de elegir a Giuliana y el camino del matrimonio. El ahora pastor asistente de una parroquia en Matrice, al sur de la región de Campobasso, celebró una de sus primeras misas en "la punta de la bota", la región de Reggio Calabria, donde había vivido junto a su esposa Giuliana y sus hijos.