Libertad religiosa, justicia, solidaridad y paz para toda la familia humana, sin exclusión alguna
(RV).- Oración y ayuda concreta, pidió el Papa Francisco, en la víspera del Día de Solidaridad con la Iglesia Perseguida, que la Fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada organizó en Polonia, ante la trágica situación de nuestros hermanos y hermanas en Irak y en todo Oriente Medio:
"Mañana, por iniciativa de la Asociación Ayuda a la Iglesia Necesitada, en Polonia, se celebra la Jornada de Solidaridad con la Iglesia Perseguida. Las inquietantes y dolorosas circunstancias actuales nos impulsan a sostener con la oración ferviente y con la ayuda concreta a nuestros hermanos que viven en Irak y en los otros países de Oriente Medio. Elevemos a Dios la súplica para que nadie en el mundo sea excluido por la sociedad por motivos de religión, de cultura, ni de raza. Que todas las naciones, respetando la libertad de todo hombre, formen una sociedad como una gran familia de hermanos y hermanas viviendo en la justicia, en la solidaridad y en la paz".
En sus palabras de aliento a los numerosos peregrinos de tantas partes del mundo, en la última cita de los sábados jubilares, el Papa Francisco les deseó que su peregrinación en el Año Santo extraordinario les haga experimentar el "poder del Evangelio de la misericordia que transforma", que permite "entrar en el corazón de Dios", que "nos hace capaces de perdonar y mirar el mundo con mayor bondad", abriendo los brazos y el corazón. Como nos enseña Jesús, para testimoniar la misericordia de Dios que no excluye a nadie, hizo hincapié el Sucesor de Pedro, en especial en sus palabras a los peregrinos de Oriente Medio:
"¡Dirijo una cordial bienvenida a los peregrinos de lengua árabe, en particular a los provenientes de Oriente Medio!
Queridos hermanos y hermanas: Jesús quiere incluir a todos, sobre todo al que está marginado y clama hacia Él? Dejémonos envolver en este movimiento de inclusión para ser testimonios de la misericordia con la cual Dios ha acogido y acoge a cada uno de nosotros".
"Jesús abrió sus brazos en la cruz para acoger a todos aquellos que tenían necesidad de ser aliviados. Tengamos también nosotros un corazón misericordioso. Abrámoslo a las personas que encontramos y que tienen necesidad de nosotros: hagámonos instrumentos de la misericordia del Padre", fue la invitación que reiteró el Obispo de Roma, que dirigió un agradecimiento especial y entrañable a los voluntarios de la misericordia:
"Los saludo con especial afecto a ustedes, los voluntarios del Jubileo Extraordinario de la Misericordia – ¡lo han hecho muy bien! – provenientes de diversas naciones y les agradezco por el precioso servicio que han brindado para que los peregrinos pudieran vivir bien esa experiencia de fe. En el curso de estos meses, he notado su presencia discreta en la plaza, con el logo del Jubileo y admiro la dedición, paciencia y entusiasmo con el que han desarrollado su obra ¡Muchas gracias!".
En la bienvenida del Papa a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, el ejemplo de San Martín de Tours:
"Ayer recordamos a San Marín de Tours, patrono de los mendigos, del cual este año se conmemora el XVII centenario de nacimiento. Que su ejemplo suscite en ustedes, queridos jóvenes, en especial a los estudiantes Erasmus de Europa, el anhelo de cumplir gestos de solidaridad concreta. Que su confianza en Cristo Señor los sostenga a ustedes, queridos enfermos, en las pruebas de la enfermedad. Que su rectitud moral les recuerde a ustedes, queridos recién casados, la importancia de los valores en la educación de sus hijos".
(CdM ? RV)