V Centenario Santa Teresa de Jesús: El silencio, atrio para la oración, por Ángel Moreno de Buenafuente

V Centenario Santa Teresa de Jesús: El silencio, atrio para la oración, por Ángel Moreno de Buenafuente

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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V Centenario Santa Teresa de Jesús: El silencio, atrio para la oración, por Ángel Moreno de Buenafuente

Muchas son las enseñanzas que nos ofrece Santa Teresa de Jesús a lo largo de sus escritos. Podríamos creer que se trata de instrucción para iniciados en la vida mística. Sin embargo, de la lectura de sus obras podemos extraer pautas que a todos los que desean avanzar por el camino espiritual de la oración les conviene conocer.

El silencio es una de las indicaciones de los maestros espirituales. Es el microclima donde se escucha mejor a Quien nos habita por dentro, y que, como dice san Ignacio de Loyola, es el que nos insinúa las mociones consoladoras, el Espíritu Santo.

Si para entrar en el castillo interior, en las moradas del alma, es necesaria la oración, la doctora afirma que esta oración ha de hacerse con consideración, y esta no se obtiene sin ser conscientes. El silencio ayuda a despertar la sensibilidad y la consciencia.

El silencio

"? se pueden imitar los santos en procurar soledad y silencio y otras muchas virtudes" (Vida, 13, 7).

"En silencio y esperanza procurar vivir siempre" (Moradas III, 2, 13).

"? con más facilidad se guarda el silencio cada una por sí, y acostumbrarse a soledad es gran cosa para la oración; y pues éste ha de ser el cimiento de esta casa, es menester traer estudio en aficionarnos a lo que a esto más nos ayuda" (Camino de Perfección 4, 9).

"Pasa con tanta quietud y tan sin ruido todo lo que el Señor aprovecha aquí al alma y la enseña, que me parece es como en la edificación del templo de Salomón, adonde no se había de oír ningún ruido; así en este templo de Dios, en esta morada suya, sólo El y el alma se gozan con grandísimo silencio" (Moradas VII, 3, 11).

No es fácil, en la cultura actual, gustar la anchura del silencio interior. Sin embargo, cuando se prueba el deleite que se percibe al silenciar las potencias, se descubre lo que se pierde si no se vive consciente de la presencia interior.