Decálogo de la Navidad 2015, por el dominico Richard Cuadrado Tapia
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Decálogo de la Navidad 2015, por el dominico Richard Cuadrado Tapia
l. Gozarás "a tope" al celebrar el 2015, aniversario del nacimiento de la ALEGRIA, que es el nacimiento del EMMANUEL o Dios-con-nosotros.
2. No permitirás que la tristeza, la desilusión y la indiferencia habiten en tu corazón, desde las 0 horas de la mañana, hasta la 1 de de la mañana siguiente, durante toda tu vida.
3. Durante todas las Navidades-2015 tu eslogan será "tener un corazón sin puertas y las manos siempre abiertas".
4. La acogida, la entrega, la disponibilidad, la comprensión sin límites, el corazón festivo y el amor sin fronteras, serán tu "distintivo navideño".
5. Vivirás en actitud de alabanza, reflexionando: "Mirad qué TERNURA nos ha tenido el Padre" (I Jn 3,1)
6. Cantarás muchos villancicos en tu comunidad de fe. Es una manera de hacerse "niño", de "nacer de nuevo del Espíritu".
7. Descubrirás que la NAVIDAD es un romance del amor divino, escrito en un recién nacido, llamado Jesús.
8. Pasarás largos ratos ante Jesús Sacramentado, que es nuestro "Belén vivo", dando gracias y alabanzas al amor "entrañable del Padre".
9. En estas NAVIDADES-2015, y para toda tu existencia, estarán prohibidas: la intolerancia, la incomprensión, la imposición, la apatía, la evasión y la mediocridad. Estas actitudes no dejan nacer a Jesús en tu corazón.
10. Celebrarás la Navidad, el "Nacimiento de la TERNURA", los 365 días del 2016, pues sin alegría, no se puede vivir. "Sin alegría, no hay santidad" (Santo Tomás)
Ricardo
1- Todo hombre ha sido creado para ser interlocutor de Dios. Pero a la amistad con Dios se llega por la fe. Por tanto, todo hombre ha sido creado para recibir el don de la fe. (nº 2,6, 11,28 del Compendio)
2- El Hombre no nace con fe. Nacemos con una capacidad natural (la razón) para poder descubrir que Dios existe, y además nacemos con capacidad de recibir la fe, que hará posible la relación amistosa con Dios (nº3).
3- A pesar de esta capacidad para descubrir que existe Dios, sin embargo el hombre encuentra dificultades (puede ser por ofuscación de la razón u otros motivos). Pero incluso aunque lo lleguemos a descubrir, todavía no hemos entrado en su casa. Dios viene en nuestra ayuda con la Revelación, para descubrirle con claridad y después nos dará la fe (nos da la llave de su casa) para entrar en el misterio de Dios.(nº 4).
4- No es el hombre el que busca a Dios, sino que es Dios el que busca al hombre. La iniciativa es de la gracia y esto hay que llevarlo también a la vida diaria. Lo nuestro es secundar a la gracia. (nº 6).
5- Dios se revela a sí mismo al hombre de forma progresiva. Nos dice: "Tengo de alguien de que hablarte, de mi mismo". Y también nos revela su designio de benevolencia. Pero primero a sí mismo. La plenitud de la revelación es Cristo. Esto es llevar la vida espiritual ordenada. Si de verdad amamos a Dios la atención, lo primero, se va a Él. (nº 6, 8, 9 y 10)
6- La revelación del designio divino va pasando de generación en generación hasta el fin de los tiempos por medio de la Tradición apostólica (transmisión oral), puesta por escrito en la Sagrada Escritura y transmitida por el Magisterio de la Iglesia (nº 11-24)
7 – A Dios que se revela, es decir que se comunica, el hombre responde con la fe que es el don, una capacidad, que Dios mismo da al hombre para que le pueda obedecer, es decir, acoger sus designios y confiar en Él. (n° 25, 26, 27)
8- Para ayudamos a creer, Dios nos ofrece modelos de fe. Dios nos pone muchísimas facilidades y se nos muestra con mucha claridad. El problema es nuestra miopía. No es que los santos vean más, es que nosotros vemos menos.(nº 26) Leer la primera parte de Redentoris Mater, Hb. 11).
9- La fe tiene unas características determinadas. (nº 28): Es un don de Dios, es un acto humano, es cierta, está en continuo crecimiento, nos hace pregustar el gozo del cielo, es libre. Para vivir la fe tenemos que decir, no que somos un poco mejor que los demás, sino un poco menos que los santos.
10- Creemos en unión con un pueblo que cree. Creemos personalmente pero en la Iglesia. (n° 30, 31, 32).
Richard