Homlía del Lavatorio de los pies del Papa del Jueves Santo: a doce refugiados en Castelnuovo di Porto

Homlía del Lavatorio de los pies del Papa del Jueves Santo: a doce refugiados en Castelnuovo di Porto

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Homlía del Lavatorio de los pies del Papa del Jueves Santo: a doce refugiados en Castelnuovo di Porto

Dos gestos: el de Jesús y el de Judas

Palabras del Papa Francisco en la Misa de la Cena del Señor, antes del lavatorio de los pies a doce refugiados de distintos países, credos, razas y culturas (Centro de Acogida de Refugiados "Auxilium" de Castelnouvo di Porto, Jueves Santo, 24-3-2016)

Los gestos hablan más que las imágenes y las palabras. ¡Los gestos! Aquí, en esta Palabra de Dios que acabamos de leer, tenemos dos gestos: Jesús que sirve, que los pies. El, que era el jefe, lava los puede a los otros, a los suyos, a sus pequeños. El segundo gesto. Judas que va a entregar a Jesús a sus enemigos, y a tomar el dinero mediante el cual lo ha traicionado, las treinta monedas. Dos gestos.

También hoy hay entre nosotros. El primero, el de esta tarde: todos nosotros, juntos, musulmanes, hindúes, católicos, coptos, evangélicos, pero hermanos e hijos de un mismo Dios, que queremos vivir en paz, integrados. El otro gesto es el de hace tres días: un gesto de guerra, de destrucción, en una ciudad de Europa, donde la gente quiere vivir en paz. Pero dentro de aquel gesto, como dentro de Judas, había otros. Dentro de Judas estaban aquellos que habían dado el dinero para que Jesús fuese entregado. Y dentro de aquel gesto de hace tres en una capital europea, están los fabricantes, los traficantes de armas, que quieren la sangre y no la paz; que quieren la guerra y no la fraternidad.

Dos gestos iguales: de una parte, Jesús que lava los pues, mientras Judas vende a Jesús por dinero; y de otra parte, vosotros, nosotros, todos juntos, diversas religiones, diversas culturas, pero hijos del mismo Padre, hermanos, mientras que esos pobres compran armas para destruir la fraternidad.

Hoy, en este momento, cuando yo haré el mismo gesto de Jesús de lavar los pies a doce de vosotros, todos nosotros estamos haciendo el gesto de la fraternidad, y todos nosotros nos decimos: "Somos diversos, somos diferentes, tenemos diferentes culturas y gestiones, pero somos hermanos y queremos vivir en paz". Y este es el gesto que yo hoy hago con vosotros.

Cada uno de nosotros tiene una historia propia y sobre él: vosotros tenéis vuestra propia historia: tantas cruces, tantos dolores, pero también un corazón abierto a la fraternidad.

Cada uno en su lengua religiosa, rece al Señor para que esta fraternidad contagie al mundo, porque no queremos 30 monedad para matar al hermano, sino que siempre queremos la fraternidad y la paz. Amén.

Ahora (tras la misa) os saludaré a cada uno de vosotros. Os agradezco este encuentro. Es solo para recordar y hacer ver es bello vivir juntos como hermanos, con culturas, religiones y tradiciones diferentes. ¡Todos somos hermanos! Y esto tiene un nombre: paz y amor. Gracias.

INFORMACIÓN PREVIA

El próximo Jueves santo, el Papa Francisco se desplazará a Castelnuovo di Porto, localidad del Lazio de cerca de nueve mil habitantes, distante de Roma 35 kilómetros, para estar con los jóvenes refugiados del Centro de acogida para solicitantes de asilo (Cara, acrónimo en italiano). Será una señal sencilla pero elocuente. La visita estará acompañada por la celebración del rito del lavatorio de los pies. El Papa se arrodillará para lavar los pies a doce refugiados como signo de servicio y la atención a su situación.

En la audiencia jubilar del sábado pasado, el Papa Francisco comentando el gesto del lavatorio de los pies, dijo: "Lavando los pies a los apóstoles, Jesús quiso revelar el modo deactuar de Dios en relación con nosotros, y dar ejemplo de su "mandamiento nuevo" de amarnos los unos a los otros como Él nos ha amado, o sea dando su vida por nosotros". Y para entrar aún más a lo específico, añadió: "El amor es el servicio concreto que nos damos los unos a los otros. El amor no son palabras. Son obras y servicio; un servicio humilde, hecho en el silencio y escondido… se expresa en el compartir los bienes materiales para que nadie tenga necesidad… es un estilo de vida que Dios sugiere también a muchos no cristianos como un camino de auténtica humanidad".

A la luz de estas consideraciones se puede entender el valor simbólico que el Papa Francisco desea imprimir con su visita al Cara de Castelnuovo di Porto y su inclinarse para lavar los pies de los refugiados. Él nos quiere decir que es necesario prestar la debida atención a los más débiles de este momento histórico; que todos estamos llamados a restaurarles su dignidad sin tener que recurrir a subterfugios. Él nos insta a mirar hacia la Pascua con los ojos de quien hace de su fe una vida vivida al servicio de los que llevan impresas en su rostro las marcas del sufrimiento y la violencia.

Muchos de estos jóvenes no son católicos. El signo del Papa Francisco, por lo tanto, se vuelve aún más elocuente. Indica el camino del respeto como la vía maestra hacia la paz. El respeto, en su valor semántico, significa darse cuenta de que hay otra persona a mi lado. Una persona que camina conmigo, sufre conmigo, se alegra conmigo. Una persona en quien, un día, podré apoyarme para encontrar sostén. Lavando los pies de los refugiados, el Papa Francisco pide respeto para todos ellos.

Arzobispo Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización y responsable de los actos del Año Jubilar de la Misericordia

016-03-22 L?Osservatore Romano