Francisco agradeció las felicitaciones por su cumpleaños e invitó a contemplar con María y José el Pesebre para entrar en la verdadera Navidad: amor, humildad y ternura
(RV).- Después de la oración a la Madre de Dios del domingo que precede la Navidad, el Papa Francisco invitó a rezar para que "el diálogo en la República Democrática del Congo que se desarrolle con serenidad, para evitar todo tipo de violencia y por el bien del país".
Deseando a todos un feliz domingo, el Papa saludó a los numerosos fieles romanos y peregrinos de tantas partes del mundo que llegaron a la Plaza de San Pedro. En particular, saludó a un numeroso grupo de UNITALSI – Unión nacional italiana de voluntarios para el traslado de personas enfermas a Lourdes y los santuarios internacionales – que dio vida a un Pesebre viviente con la participación de personas con discapacidades.
Tras agradecer a todas las personas e instituciones que le hicieron llegar sus mejores deseos en el día de su cumpleaños, alentó a acompañar en la contemplación a la Virgen María y a San José en su camino hacia Belén. Y a compartir con ellos sus fatigas, así como su alegría:
"El próximo domingo será Navidad. En esta semana tratemos de encontrar un momento para detenernos, para estar un poco en silencio, e imaginar a la Virgen y a San José mientras van a Belén: el camino, la fatiga, pero también la alegría, la conmoción, y luego su ansiedad por encontrar un lugar, su preocupación?, y así sucesivamente.
En esto nos ayuda mucho el Pesebre. Tratamos de entrar en la verdadera Navidad, la de Jesús, que se acerca – el Dios con nosotros, cercano a nosotros – para recibir la gracia de esta fiesta, que es una gracia de cercanía, de amor, de humildad y de ternura.
Y en esos momentos, acuérdense también de rezar por mí.
¡Buen almuerzo y hasta luego!
(CdM ? RV)