La respuesta de la Iglesia ante el drama migratorio en Canarias: "Es una cárcel sin muro"

TRECE conoce de cerca el problema migratorio en la isla de El Hierro, donde la cifra de personas que han llegado a la isla en los últimos meses supera a su número de habitantes 

Migrantes en isla de El Hierro
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Redacción Religión

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Las migraciones representan un reto para la humanidad. De cada cinco personas que vivimos en España, una procede de fuera. La mayoría se han visto obligados a abandonar su país de origen en busca de oportunidades para ellos y sus familias. Huyen de las guerras, de la pobreza o de la falta de trabajo... pero muchas veces sus sueños se convierten en una auténtica pesadilla. 

La Iglesia nos llama a una acogida integral: acoger, proteger, promover e integrar, son los cuatro verbos que articulan la respuesta pastoral de la Iglesia hacia las personas migradas. En las últimas décadas, el fenómeno migratorio ha aumentado en el sur de Europa. Canarias es el principal destino de llegada de miles de migrantes en los últimos meses, la mayoría procedente de países como Senegal, Mauritania o Mali. Las islas y la frontera de sur de España son la puerta de entrada a Europa para muchos de lo que se juegan la vida para desarrollar un proyecto de vida en nuestro país.

“En Canarias tenemos la migración de cayucos, la migración del Norte de África de Marruecos que es otro tipo de migración, tenemos a los menores que cuando cumplen 18 años se dejan en la calle y que se busquen la vida sin papeles y sin poder trabajar, y luego la migración latinoamericana de cubanos y venezolanos que es mucha. Tenemos miles de solicitudes de cubanos y venezolanos para acreditar su ascendencia canaria”, ha explicado el obispo de Canarias, José Mazuelos, en un reportaje de TRECE sobre el drama de la migración.

"Con una mirada de promoción podemos ayudar"

En 2020, el desbordamiento provocado por el boom migratorio convirtió el muelle de Arguineguín en la foto de la vergüenza. La atención insuficiente por falta de recursos hizo que las cáritas del territorio se adaptaran para dar una respuesta adecuada, como recalca la voluntaria de Cáritas en Canarias, María José Báez.

“Las cáritas reestructuró la forma de hacer, ver que lo que hacíamos de manera asistencialista no era lo único que se podía hacer, ni era lo que la gente demandaba. Todos podemos vernos en esta situación porque es cambiante. Con una mirada de promoción podemos ayudar a las personas a cambiar su vida”, ha comentado.

Canarias, "una cárcel sin muro" para los migrantes 

La migración irregular ha crecido en España un 66% debido en parte al goteo incesante de embarcaciones que llegan a Canarias. Una cifra que convierte a España en la principal vía de acceso a Europa: “En Andalucía cuando llegan los inmigrantes pueden seguir adelante su camino a Francia, Alemania, al País Vasco... en Canarias no pueden irse a ningún lado porque salen o en barco o en avión pero al mismo tiempo no tienen papeles para salir y se tienen que quedar aquí. Es lo que pasa en Lampedusa, que es como una cárcel sin muro”, ha expuesto José Mazuelos.

La falta de visados o ausencia de rutas seguras hacen que en muchas ocasiones estas personas recurran a mafias que se aprovechan de esta situación. Y es que vienen engañados porque se les dibuja una Europa que no existe: “Les dicen que no se preocupen, que llegarán allí, que le darán alojamiento, comida, papeles, trabajo...”, ha remarcado el abogado experto en migraciones, José Luis González.

La Iglesia recuerda que existe el derecho de las personas a no migrar

Para muchos, el viaje de la esperanza se convierte en un largo camino con consecuencias que atenta contra la dignidad de la persona. Algo así le ocurrió a Sekou Traore, migrante de Mali: “Yo salí de Mali, y después a otro país cinco países hasta llegar hasta aquí. Con la guerra en mi país he perdido muchas cosas como la familia”, ha relatado.

El futuro de la sociedad pasa por la plena integración de las personas migradas, pero el deber de acogida no impide luchar contra las causas de las migraciones forzosas. La Iglesia recuerda el derecho de las personas a migrar o permanecer en sus países de origen y tener condiciones de vida dignas. Entenderlo es clave para afrontar desafíos del futuro.

“El Vaticano nos reúne a los obispos de la 'ruta atlántica' de Ghana, Zambia, Senegal.. para aportar y ver posibles soluciones. Tenemos esa mentalidad individualista de que vienen a buscar un mundo mejor él solo... Pero detrás hay un pueblo y una familia”, ha puntualizado el obispo de Canarias.

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