Los peregrinos buscan el perdón de sus pecados en los confesionarios prefabricados: "Es un volver a empezar"
A unos metros del Monasterio de los Jerónimos en el barrio lisboeta de Belem, se han instalado confesionarios para que los sacerdotes administren este sacramento a los peregrinos
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“Para mí confesarme es como recibir el amor de Dios gratuitamente”. En estos términos se ha expresado una de las peregrinas españolas en la JMJ de Lisboa, que ya ha arrancado de manera oficial. Convivencia, fraternidad, catequesis o eucaristías toman protagonismo en la capital portuguesa para vivir una semana de intensidad, y a la que se ha sumado desde este miércoles el Papa Francisco, que ya ha aterrizado en el aeropuerto lisboeta.
Uno de los puntos con mayor número de peregrinos está en el emblemático barrio de Belem, junto al Monasterio de los Jerónimos. Allí en una explanada de césped se han instalado decenas de confesionarios prefabricados para que sacerdotes de todo el mundo tengan la oportunidad de administrar el sacramento del perdón a quienes se acercan.
Son miles de personas las que se acercan a estos confesionarios para recibir el perdón de Dios, entre ellos peregrinos de nuestro país: “Confesarme es para mí volver a demostrarme que Dios me quiere, que perdona mis pecados, es un volver a empezar y me encanta”, subraya en ECCLESIA una de las jóvenes peregrinas de nuestro país.
“Todos cometemos cosas malas y confesarte es reiniciar y las ganas de volver hacerlo bien”, agrega otro peregrino que se encontraba en las inmediaciones del Monasterio de los Jerónimos en Belem. Otro de los chicos que se acercaron a estos confesionarios prefabricados considera que es importante recibir al Papa Francisco “preparados”, y para ello “el primer paso es la confesión y sentir la misericordia de Dios”.
El Padre Marcos, de la diócesis de Lugo, es uno de los sacerdotes que administra este sacramento del Perdón. Cuando ECCLESIA llegó a este punto había ya confesado a unos seis peregrinos. Para el sacerdote, “es una maravilla ver a tantos jóvenes pedir perdón al Señor”, ya que se su juicio “significa que reconocen que hay cosas en la vida que han salido regular o mal y piden al Señor fuerza para hacerlo mejor mañana”.
Por ello, el Padre Marcos asegura que estos chicos son un ejemplo al reconocer “las miserias de la vida y piden al Señor perdón por ellas. Yo creo que es necesario limpiar la habitación para meter un mueble nuevo, hay que ordenar la habitación para que el mueble entre. Es bueno que podamos pedir perdón al Señor confesarnos, recibir el sacramento de la penitencia para encontrarnos con el Santo Padre”, ha expresado.
Los peregrinos españoles, en la Misa con la que se inicia la JMJ
Ya por la tarde, fueron miles los peregrinos españoles los que se unieron a la Santa Misa con la que se iniciaba de manera oficial la JMJ de Lisboa, en el parque Eduardo VII, donde el Papa presidirá este viernes el Viacrucis.
Jóvenes de todo el planeta unidos por el amor de Dios. Una realidad que impacta a muchos de los peregrinos, sobre todo a quienes viven su primera JMJ: “La verdad que impacta mucho la de jóvenes que hay aquí de diferentes países y cultura. Todos venimos por un mismo centro que es Dios, eso a mi me impacta muchísimo y será lo que más me enseñe”.
“Es una experiencia grandísima ver a tanta gente ilusionada par algo que nos une”, secunda otro joven peregrino español, quien ha animado a los creyentes a “salir a la calle, a que participen desde su casa, su barrio, su ciudad... No está de moda pero cada vez estará más de moda, hay que reivindicar lo que creemos y lo que somos siempre con unas ganas e ilusión increíbles”, ha proclamado.
Asimismo, los peregrinos invitan a los que no creen en Dios a conocerlo, ya que a veces esta lejanía al Señor es por puro desconocimiento: “Hay que dar una oportunidad si no conoces este tema, hay que darle oportunidad y comprobarlo. Hay mucha falta de conocimiento y estaría bien que todos aprendieran sobre este tema”, comenta.