Los gestos de cercanía con los que el Papa Francisco se ha saltado el protocolo en la JMJ de Panamá 2019
Desde que puso el pie en tierra en la JMJ de Panamá 2019, el Papa ha seguido la agenda oficial...y tenido varios gestos de su "propia agenda"
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Panamá estaba esperando al Papa Francisco. Los peregrinos ya habían llegado en su mayoría y el protocolo y la agenda estaban cerrados. Por lo menos, eso pensarían los responsables. El Santo Padre puso en práctica su propia "agenda"....desde que se bajó del avió en el aeropuerto internacional de Tocumen.
El Papa decidió cambiar su ruta desde la escalinata para saludar y dar la mano a los miles de feligreses que se congregaron para darle la bienvenida. Entre otros momentos de esa demostración de intenciones, el Santo Padre cogió a un bebé en brazos, repartió bendiciones entre los fieles y regaló varios crucifijos.
El más destacado de todos ellos fue su encuentro con una persona mayor en la Nunciatura Apostólica, su lugar de residencia durante el evento. La anciana portaba un cartel que decía: "Las abuelas también arman lío". El Papa se acercó hasta ella y se enteró que era su cumpleaños. El propio Pontífice fue el que encabezó los cánticos de celebración, a los que se sumaron los peregrinos.
La agenda "oficial" y la agenda del "Papa Francisco"
El programa del Papa Francisco desde el miércoles 23 al lunes 28 de enero estaba repleto de eventos, encuentros con autoridades y actos con cientos de miles de jóvenes. Además de atender estos compromisos, el Papa se encargó de cumplir con su "otra agenda". Para esta Jornada Mundial de la Juventud de Panamá, el Santo Padre tenía una misión especial. Su objetivo era transmitir su cercanía y un mensaje de esperanza a los jóvenes y las gentes de Centroamérica.
¿Cómo lo hizo? A la vez que sus horarios se llenaban de actos, él programó también sus propios encuentros. El más sorprendente de todos, lo mantuvo con 450 peregrinos cubanos en un colegio de las Esclavas de María Inmaculada. De hecho, los 10 minutos que pasó con ellos no se encontraban en ningún programa oficial...pero sí en el suyo.
El siguiente punto en su agenda particular fue el miércoles, la jornada en la que tenía citas con las autoridades políticas, diplomáticas y eclesiásticas. Después de reunirse con el presidente de la República de Panamá, Juan Carlos Varela, el Papa se dirigió andando a su siguiente punto en el orden del día: la iglesia de San Francisco de Asís.
Allí le esperaba una reunión con 80 obispos de toda Centroamérica. Con ellos iba a tratar, entre otros asuntos, la situación política en Nicaragua o la violencia. Cuando acabó la reunión, había peregrinos expectantes a los que Francisco también se acercó. Otro gesto inesperado del Pontífice con el que correspondió el fervor de los presentes.
Encuentro cara a cara con jóvenes privados de libertad
Otro de los lugares que esperaban al Papa con gran expectación era el Centro Cumplimiento de Menores de "Las Garzas". Francisco iba a este centro de reclusión de menores privados de libertad a mantener un encuentro cara a cara con ellos. Los homenajeados con la visita le recibieron con un canto: "La oración del pobre".
Francisco se bajó del papamovil para repartir más bendiciones para los presos...y sus familias. Jesús, Daniel y su madre recuerdan así el momento: "Estoy muy feliz de que haya bendecido a mi hijo", recuerda la madre a TVN. "Estábamos entre la gente y nos vio el Papa con la camiseta de San Lorenzo - el equipo de fútbol del que es aficionado el Papa - y se acercó a nosotros y nos regaló un crucifijo".
"Cristo iba al encuentro de los pecadores y comía con ellos" fue el mensaje que les quiso transmitir como respuesta a su situación. Junto a esas palabras, el propio Francisco escuchó en confesión a estos jóvenes. Después, tuvo ocasión de escuchar el testimonio de uno de ellos. El joven se puso frente al Santo Padre y le dio su testimonio. En la actualidad, ha podido acabar sus estudios de secundaria y ahora espera llegar a ser técnico en refrigeración para poder salir adelante.
La foto de la JMJ de Panamá 2019
El Papa ha llevado a cabo numerosos trayectos en estos días. Desde el papamóvil ha visto manos saludando, banderas que ondeaban y...a un joven en silla de ruedas. Allí estaba, por encima de todos, levantado por sus amigos. El Santo Padre se fijó, y cambió el gesto. Dejó de hacer el movimiento del saludo, para hacer la señal de la cruz para bendecirle, como demuestra esta imagen.
Nuestro compañero Javier González, enviado especial de la Cadena COPE a esta JMJ, explicaba cómo los amigos del joven discapacitado lo alzaron a pulso después del cansancio de las horas que habían pasado esperando al Pontífice. Puedes descubrir más historias únicas de esta JMJ que nos ha dejado en este enlace.