Alemania: Bätzing asegura que el Consejo Sinodal no socavará ni la autoridad episcopal ni la de la Conferencia
La Santa Sede recuerda a la Iglesia alemana que «ni el Camino Sinodal, ni ningún organismo establecido por él, ni ninguna Conferencia Episcopal» puede limitar esa autoridad
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Nuevo capítulo en la disputa entre la Conferencia Episcopal Alemana y la Santa Sede a cuenta del Camino Sinodal en aquel país. El desencuentro, este vez, es a propósito del «Consejo Sinodal» que la Iglesia en Alemania planea crear y que Roma mira con recelo. Se trata de un órgano que, supuestamente, deberían integrar 27 obispos diocesanos, 27 miembros nombrados por el Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK) y otros 20 miembros a elegir por el Camino Sinodal en su próxima Asamblea. Está previsto que eche a andar este año y, según se denuncia, podría adoptar «decisiones fundamentales de importancia supra-diocesana».
El presidente del episcopado germano, Georg Bätzing, ha hecho pública este lunes 23 de enero una declaración con la que quiere tranquilizar sobre las funciones de este Consejo Sinodal. Su nota sale al paso de una carta previa de la Santa Sede que recuerda a la Iglesia alemana que «ni el Camino Sinodal, ni ningún organismo establecido por él, ni ninguna Conferencia Episcopal tiene competencia para establecer el “Consejo Sinodal” a nivel nacional, diocesano o parroquial».
La carta de Roma
La carta de Roma, difundida por la propia Conferencia Episcopal, lleva fecha del pasado 16 de enero y está dirigida al obispo Bätzing, en calidad de presidente del episcopado. Se trata de una comunicación que firman el secretario de Estado, cardenal Parolin; el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, cardenal Ladaria; y el prefecto del Dicasterio para los Obispos, cardenal Ouellet, que obedece a una consulta previa planteada en diciembre por el arzobispo de Colonia y los obispos de Eichstätt, Augsburgo, Passau y Ratisbona. Los prelados de esas sedes preguntaron el 21 de diciembre a la Santa Sede si están obligados, o no, a participar en el Comité Sinodal «porque así lo decidió la Asamblea Sinodal».
La respuesta de Parolin, Ladaria y Ouellet, que dicen hablar en nombre del Papa y piden que su respuesta sea enviada a la totalidad de obispos alemanes antes del 23 de enero, es clara y manifiesta. «Los obispos no están obligados a participar en los trabajos del Consejo Sinodal», tal y como ya se contempla en los propios estatutos del Camino Sinodal, donde se explicita que las «decisiones» de este «no pueden limitar la autoridad de la Conferencia Episcopal y no son vinculantes para los obispos individualmente».
Si así se hiciese, se hace constar, «el Consejo Sinodal formaría entonces una nueva estructura de gobierno de la Iglesia en Alemania que (…) parece situarse por encima de la autoridad de la Conferencia Episcopal Alemana y, de hecho, sustituirla». De ahí, que Roma deje claro: «Más allá de la decisión que cada uno de los Obispos tome respecto a la posible participación en el “Consejo Sinodal”, y en el espíritu de las consideraciones anteriores, queremos dejar claro que ni el Camino Sinodal, ni ningún organismo establecido por él, ni ninguna Conferencia Episcopal tiene competencia para establecer el “Consejo Sinodal” a nivel nacional, diocesano o parroquial».
Réplica de Bätzing: «Nadie cuestiona la autoridad del episcopado»
En su respuesta de este lunes, Bätzing dice que, tras estudiar la Carta de Roma en la reunión del Comité Permanente, el episcopado alemán considera que no hay motivo para la alarma. Los prelados de las sedes que hicieron la consulta —señala— «formulan preguntas legítimas y necesarias sobre el Comité Sinodal», pero la «preocupación» que expresa la misiva de la Santa Sede sobre el hecho de que «un nuevo organismo podría situarse por encima de la Conferencia Episcopal o socavar la autoridad de los obispos individuales» —dice— es «infundada». El Consejo Sinodal funcionará «dentro del Derecho Canónico vigente, de acuerdo con el mandato contenido en la resolución», asegura.
El presidente del episcopado germano afirma también que en la visita ad limina del 14 al 18 de noviembre hubo una «reunión interdicasterial» en la que fueron abordadas «algunas cuestiones del Camino Sinodal». «El comunicado de prensa final, emitido conjuntamente con la Santa Sede, decía: “Se acordó que la escucha y el diálogo mutuo deberían continuar en los próximos meses», recuerda Bätzing, quien se lamenta de que aún no se haya «podido discutir en absoluto con Roma los contenidos y objetivos de la consulta sinodal». «La Santa Sede ve el peligro de un debilitamiento del oficio episcopal — yo experimento la consulta sinodal como un fortalecimiento de este oficio», señala.
El obispo de Limburgo insiste en que «nadie cuestiona la autoridad del episcopado» y que lo que se persigue es «desarrollar una cultura de la sinodalidad». «El Comité Sinodal no es cuestionado por la carta romana», considera.