Así será la primera catedral que se construya en tierras de Kirguistán, en el corazón de Asia central

El templo se levantará en unos tres años en la capital, Bikek y su piedra angular fue bendecida por el Papa Francisco en su viaje a Kazajistán

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Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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Será la primera catedral católica de Kirguistán y se levantará en el corazón de Biškek. Así se ha presentado este proyecto, cuyas obras comenzarán en los próximos meses y estarán terminadas en tres años. Durante la presentación, tal y como recoge la agencia Fides, el administrador apostólico de Kirguistán, el padre Anthony James Corcoran, explicó que la piedra angular fue bendecida por el Papa Francisco en Nursultán, durante su viaje a Kazajistán.

En esa ocasión, señaló el sacerdote jesuita, el Pontífice recordó a todos los presentes la importancia de la misión encomendada a la presencia católica en la sociedad de esta nación: ayudar a los numerosos necesitados. El administrador apostólico también señaló que los católicos locales comparten con sus conciudadanos musulmanes, que son mayoría en el país, el objetivo de "hacer del mundo que los rodea un lugar mejor".

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Un evento importante "para todo el pueblo"

Y Valery Dil', asesor del presidente de la República de Kirguistán, Sadir Japarov, quiso destacar precisamente la importancia del evento, no sólo para los católicos del país, sino para todo el pueblo. "La construcción de la nueva iglesia también tendrá importancia internacional", dijo. "Nuestra República se adhiere a los principios democráticos y al principio de la libertad de profesar la propia fe. La construcción de la iglesia catedral es una prueba de ello.

Damian Wojciechowski, religioso jesuita y ecónomo de la Administración Apostólica de Kirguistán, explicó que hoy la única iglesia católica de Biškek se encuentra en una zona extremadamente periférica. "En un país de mayoría musulmana – dijo – algunas personas ni siquiera conocen la existencia de la parroquia, alejada del centro, también porque no está conectada por transporte y la carretera que lleva a la iglesia fue pavimentada hace sólo un año".

Una parroquia de difícil acceso

En la actualidad, existe una pequeña iglesia construida en un terreno aislado, de difícil acceso y apenas visible, gracias a un permiso concedido en 1969 por las autoridades soviéticas a algunos católicos alemanes que habían sido deportados allí durante la Segunda Guerra Mundial.

A pesar de que los espacios de este lugar de culto son muy reducidos y no permiten realizar todas las actividades que uno quisiera, el jesuita relató cómo la minúscula comunidad católica, en un país donde la pobreza y la corrupción están muy extendidas, siempre ha trabajado para servir a toda la población y sus actividades nunca han cesado, ni siquiera durante la guerra civil de 2010 o la reciente pandemia.

Sin embargo, ahora, “gracias a los nuevos locales adyacentes a la catedral – dijo – podremos proponer una serie de iniciativas culturales, reuniones de oración y lecturas bíblicas, dirigidas a diferentes grupos de edad. Porque – concluyó – anunciar el Evangelio significa también ayudar a las nuevas generaciones a orientar su vida hacia la construcción de una sociedad más justa y acogedora para todos".

La comunidad católica

En Kirguistán viven varios miles de católicos, de los cuales unos 500 acuden regularmente a las siete parroquias repartidas por el país. Las tres principales iglesias católicas se encuentran en Biškek, Jalal-Abad y Talas. Los católicos que viven lejos de las parroquias se reúnen para rezar en casas particulares y reciben visitas periódicas de los misioneros que trabajan en el país, de los cuales los jesuitas son el grupo principal. Entre los miembros de las demás congregaciones figuran las Hermanas de la Escuela de San Francisco, las Misioneras de la Consolata, un sacerdote diocesano de Eslovaquia y un grupo de las Hermanas Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta, que abrirán una casa en Biškek.

En 1999, el Papa Juan Pablo II estableció una misión sui iuris en Kirguistán, y en 2006, Benedicto XVI creó la Administración Apostólica, que sigue funcionando en la actualidad.

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