El cardenal Czerny, sobre los jesuitas de la UCA: «Con su vida y su muerte, encarnaron el Concilio»

Este miércoles, 16 de noviembre, se cumplen 33 años del asesinado de los jesuitas de la Universidad Centroamericana de San Salvador (UCA). Una efeméride que un año más no ha pasado por alto el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, miembro también de la Compañía de Jesús. El purpurado checo-canadiense ha publicado una carta en español en la que afirma que con su vida y con su muerte, Ellacuría y sus compañeros mártires «encarnaron» el Concilio.

«En nuestros esfuerzos para poner en práctica, organizar e institucionalizar la visión y la misión del Concilio —escribe Czerny— podemos decir con gran honor que los nuestros son ciertamente mártires de este don que fue el Concilio Vaticano II. Ellos, con su vida y su muerte, encarnaron el Concilio y la 32º Congregación General en la gran iniciativa evangélica, educativa y social que fue la Universidad Centroamericana José Simón Cañas».

Etapa salvadoreña

El prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral fue enviado a El Salvador en 1990, poco después de los asesinatos. Fue uno de los muchos jesuitas que se prestó voluntario para coger el testigo del trabajo que realizaban Ignacio Ellacuría, Segundo Montes, Ignacio Martín-Baro, Juan Ramón Moreno, Amando López y Joaquín López.

Czerny, en concreto, sustituyó a Segundo Montes en la dirección del Instituto de Derechos Humanos (IDHUCA), a Ellacuría como vicerrector de proyección social de la Universidad, y se hizo también cargo de la parroquia que llevaba Martín-Baró. «Todos ellos triunfaron en su muerte; gracias a la gracia del martirio pudieron realizar su sueño, pues dos años después se firmó la paz en El Salvador, que era lo que buscaban», sostiene.

Los principales actos conmemorativos en El Salvador tuvieron lugar el pasado sábado, con la tradicional procesión de farolillos y una Eucaristía en el pabellón polideportivo de la Universidad. La homilía de la celebración fue leída por el P. Rodolfo Cardenal, director hoy del Centro Monseñor Romero. El jesuita nicaragüense, hermano del poeta Ernesto Cardenal, era compañero de los fallecidos en la UCA y salvó la vida de milagro, pues se marchó el día anterior a la comunidad de Santa Tecla. Estos días también, la prensa local ha informado de que la Justicia salvadoreña ha decidido conceder la libertad condicional al coronel Benavides, condenado a treinta años de prisión como autor material de los crímenes.

La UCA: «Hoy resulta indispensable fijarse en sus valores»

En su último editorial, la UCA califica a sus mártires de personas «valientes, sinceras y capaces de transmitir sus ideas e ideales sin que las amenazas de muerte enturbiaran su actuar y hablar». «Fijarse hoy en sus valores —se dice— resulta indispensable. Ellos están ahora envueltos y presentes en el misterio de Dios; su libertad, ideales y valores están entre nosotros como semilla y levadura de un mundo nuevo en el que se respete plenamente la dignidad de la persona humana. Cuando hablaban de impulsar una nueva civilización, construida sobre el trabajo y la dignidad de la persona, indicaban un camino opuesto al del capitalismo de seducción que hoy domina al mundo; opuesto al marketing que valora más el tener que el ser».

La Compañía de Jesús en México también los ha recordado hoy en Twitter.