Cáritas Argentina ayuda a 3,2 millones de afectados por la pandemia: "Detrás de los números hay personas"

Cáritas Argentina presentó el balance anual sobre la distribución y destino de las donaciones recibidas en 2020. Un año difícil por la enorme crisis que golpeó especialmente a los sectores más vulnerables y, sin embargo, la solidaridad y el esfuerzo de los argentinos permitió que se pudiera desplegar una enorme ayuda para más de 3,2 millones de personas y distribuir más de 10.400.000 kg. de alimentos, entre otras acciones.

El informe publicado en el portal de Cáritas Argentina revela el resultado de los programas de promoción humana que desarrolla habitualmente durante el año y que, a pesar de las duras limitaciones de la emergencia, no se discontinuaron. Es así como, en 2020 Cáritas aplicó $ 516.977.512 (más de 5 millones 500 mil dólares) a programas relacionados con la educación, primera infancia, abordaje de las adicciones, economía social y solidaria, vivienda, desarrollo institucional y programas diocesanos llevados adelante en las 24 provincias.

“Nuestra principal preocupación en Cáritas es la promoción humana, para lo cual procuramos generar y dar respuestas integrales a las problemáticas de la pobreza desde los valores de la dignidad, la justicia y la solidaridad”, declara la institución. Y añade que, por esta razón, además de atender las situaciones de emergencia, la labor se orienta a la formación, capacitación y acompañamiento de personas y comunidades.

En este sentido, destaca que la rendición de cuentas permite visualizar que temáticas tan importantes como la educación, el cuidado de la infancia, la promoción del trabajo, la autoconstrucción del hogar o el acompañamiento de las adicciones han sido atendidas a pesar de la incidencia de la crisis causada por la pandemia.

Caritas Argentina agradece a las personas que se esconden detrás de cada acción de Cáritas y que con el balance pueden llegar a comprender el impacto profundo que llega a tener su donación en la vida de muchas personas.

“Para nosotros – afirma - detrás de los números fríos hay personas, hay rostros que conocemos con nombre y apellido, hay familias, comunidades que trabajan, niños que sueñan, madres que sufren, padres con ansia de futuro, abuelos que regalan sabiduría, excluidos que esperan”.