Un cura muerto y otro herido en el asalto a una casa sacerdotal en Nigeria
El P. Isaac Achi murió carbonizado en el incendio del edificio, mientras que el P. Collins Oweh resultó herido de bala cuando intentaba huir
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Fin de semana de luto y terror en Nigeria. Este domingo, 15 de enero, el sacerdote Isaac Achi murió carbonizado en un incendio provocado por hombres armados que intentaban asaltar la casa en la que vivía junto a otro clérigo. Este, el P. Collins Oweh, resultó herido de bala en un brazo cuando trataba de huir de las llamas.
Los hechos tuvieron lugar en la localidad de Kafin-Koro, en el Estado de Níger, al noroeste del país. Ambos presbíteros se hallaban en la casa sacerdotal cuando un grupo de hombres armados trató de irrumpir en ella, supuestamente con la intención de robarles o secuestrarles para pedir luego un rescate. Al no conseguirlo, prendieron fuego al edificio para obligarles a salir.
El Padre Achi era el párroco de la iglesia de San Pedro y San Pablo de la localidad de Paikoro y una persona muy querida y respetada en el lugar, de donde era originario. Su historia es un buen ejemplo del clima de persecución, inseguridad y violencia que azota Nigeria desde hace años. Según ha contado su familia, en el pasado el presbítero había sido secuestrado, permaneciendo cautivo hasta que los fieles de su comunidad consiguieron reunir dinero y pagar su rescate; había recibió asimismo un disparo en la mandíbula cuando plantó cara a unos delincuentes que asaltaron una vivienda; y por último había sobrevivido al atentado suicida cometido por Boko Haram el día de Navidad de 2011 contra la iglesia de la localidad de Madalla. En esa acción terrorista fueron asesinadas 44 personas.
Un sobrino ha declarado a la prensa local que, pese a todo lo vivido, su tío llamaba siempre a los fieles a la oración y al perdón. El familiar dice que P. Achi había ayudado también con sus estudios a mucha gente. Al parecer, en el asalto del domingo el sacerdote hizo varias llamadas telefónicas pidiendo socorro, pero nadie acudió en su ayuda.
«Es un momento triste. Que maten a un sacerdote de esta manera significa que nadie está a salvo», ha dicho, por su parte, Sani Bello, gobernador del Estado de Níger. «Estos terroristas han perdido la cabeza y es necesario tomar medidas drásticas para poner fin a eta matanza».
Secuestro de otro sacerdote
Por otra parte, este sábado fue secuestrado también en Nigeria otro presbítero. Se trata de Michael Olofinlade, párroco de la iglesia católica de San Jorge, en la diócesis de Ekiti, al suroeste del país. El clérigo fue interceptado en la carretera, cuando volvía de la localidad de Ado Ekiti.
Nigeria celebra elecciones presidenciales el próximo 25 de febrero. La inseguridad reinante hace temer que en algunas zonas no puedan organizarse las votaciones.