Este es Michael Lapsley, el sacerdote anglicano galardonado con el Premio Niwano de la Paz 2022
Infatigable luchador en su día contra el apartheid, hoy sigue ayudando a sanar heridas y a promover la paz y la reconciliación en el mundo
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Al sacerdote anglicano Michael Lapsley le faltan las dos manos y la visión en un ojo. Los perdió en 1990, en un atentado del que fue victima por su apoyo a los estudiantes y líderes sociales que combatían el vergonzoso sistema de exclusión racial imperante entonces en Sudáfrica. Esta semana su «incansable compromiso en la lucha contra el apartheid y otras formas de discriminación social», así como sus «diversas obras» para la promoción de la paz en el mundo, le han hecho acreedor del Premio Niwano de la Paz en su trigésimo novena edición. El galardón, considerado el «Nobel de las Religiones», le será entregado en Tokio el próximo 14 de junio. Consta de un diploma, una medalla y un cheque por valor de 20 millones de yenes, unos 150.000 euros.
Michael Lapsley tiene 72 años. Nació en Nueva Zelanda en 1949 y en 1973, tras ordenarse sacerdote, marchó como misionero a Durban (Sudáfrica), donde trabajó como capellán universitario. Un capellán blanco entre estudiantes negros metidos de lleno en la lucha contra aquel régimen antievangélico y racista.
Tres años después él mismo era expulsado del país por su defensa de los derechos de la población negra. Estando todavía en el exilio en Zimbabue, recibió la carta bomba que a punto estuvo de acabar con su vida. Pero eso —recuerda ahora el fallo del jurado— «no le hizo sentir rencor, sino que siguió esforzándose para curar sus heridas y promover la reconciliación». «Este incidente —se subraya—, en lugar de dejarlo amargado, enojado o abatido, transformó el trabajo de su vida y lo llevó a pasar de ser un luchador por la libertad y activista social a ser un “sanador”. Se dio cuenta de la necesidad de combinar la sanación y la reconciliación en sus esfuerzos de consolidación de la paz no violenta».
Fundador del Instituto para la Curación de la Memoria
En efecto, en 1992, cuando cayó el apartheid, Lapsley regresó a Sudáfrica a trabajar en la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Al año siguiente fue nombrado capellán del Centro de Trauma para Víctimas de la Violencia y la Tortura, donde realizó un trabajo impagable con las víctimas. Y en 1998 fundó el Instituto para la Curación de la Memoria, un organismo con sede en Ciudad del Cabo que hoy sigue en activo combatiendo la xenofobia y la violencia contra los refugiados y educando a los jóvenes en la cultura de la paz y los derechos humanos.
El propio Lapsley contó su historia hace unos años en el libro Reconciliarse con el pasado, editado por San Pablo. Allí narra desde el atentado con el que el gobierno sudafricano lo quiso eliminar, hasta su labor de sanación en ese país primero, y en otros como Ruanda, Zimbabue, Colombia o Estados Unidos después.
«Los esfuerzos no violentos y multirreligiosos del Padre Lapsley para la consolidación de la paz y las actividades de sanación basadas en el enfoque de la justicia restaurativa, el diálogo y la reconciliación continúan contribuyendo a la sanación de los sudafricanos y muchos otros en todo el mundo», dice la Niwano Peace Foundation.
El Premio Niwano fue instituido en 1978 para reconocer a aquellas personas e instituciones que contribuyen a la cooperación interreligiosa y, a través de esta, promueven la paz en el mundo. El primero en recibirlo, en 1983, fue el arzobispo brasileño Helder Cámara, cuyo proceso de beatificación ya está en marcha. Otros galardonados católicos han sido el cardenal Paulo Evaristo Arns, también brasileño, el teólogo suizo Hans Küng, y la comunidad de Sant´Egidio.