El nuevo General de los Carmelitas Descalzos: “Nuestra misión es que cada ser humano se vea habitado”

La vida consagrada es una de las grandes olvidadas porque, seguramene, realiza su labor de forma callada, sin hacer ruido. Pero los frailes, los religiosos, las monjas... están todos presentes en las periferias, allí a donde nadie quiere ir, con los descartados por la sociedad. En España tenemos más de 37.000 religiosos y religiosas que trabajan en hospitales, escuelas y universidades, centros de inserción, centros de menores, albergues para personas sin hogar, cárceles... a los que hay que sumar casi 9.000 monjes y monjas de clausura que, desde sus conventos y monasterios, rezan por los que estamos en el mundo.

Al frente de las congregaciones religiosas hay muchos españoles, como el padre Alejandro Moral, que dirige la Orden de San Agustín de los agustinos, y ahora tenemos un nuevo superior general español: el padre Miguel Márquez ha sido elegido nuevo prepósito general de la Orden del Carmelo Descalzo.

Los Carmelitas tienen un vínculo muy especial con con España por varios motivos: nació en nuestro país a mediados del siglo XVI y fue fundada por dos de los santos españoles más universales que tenemos: santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz.

El Carmelo Descalzo fue fundada por Santa Teresa como una reforma de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo, para la que quiere volver al origen, buscando las fuentes primitivas de lo carmelitano. Así, la Orden del Carmelo Descalzo tiene un carácter especial, porque es la única que ha tenido por fundadora a una mujer y que su rama femenina precedió a la masculina, a diferencia de las otras ordenes donde existen ambas. Además, existe una tercera rama formada por seglares.

Concretamente, en la rama masculina de la Orden del Carmelo Descalzo hay cerca de 4.000 frailes repartidos por los cinco continentes, que acaban de elegir en su Capítulo General al padre Miguel Márquez, placentino de 55 años, como nuevo prepósito general.

En declaraciones a Mediodía COPE, Miguel Márquez ha señalado que ser carmelita descalzo en el siglo XXI es seguir “la intuicion, el sueño y experiencia de escucha interior de Teresa de Jesús y transmitir el mensaje de esperanza, alegría y fraternidad” y que ante la crisis que existe en la sociedad actual de “individualismo y falta de respeto”, donde “todo el mundo parece enfrentado en una lucha”, la Orden afronta un reto de interculturalidad: “Hay un desafío en cómo está creciendo la Orden en un momento que en Europa está disminuyendo la vocación. Sin embargo en África, en Asia y América está creciendo”.

Antes de su viaje a Eslovaquia, los participantes en el Capítulo recibieron unas palabras del Papa Francisco en las que invitaba a mantener en armonía entre estos tres elementos: amistad con Dios, vida fraterna y misión. “Es una unidad”, ha indicado el nuevo prepósito general de la Orden. “La contemplación la heredamos del Carmelo, que es una experiencia preciosa de silencio con Dios que tuvo santa Teresa, y eso lo trasladó a la vida fraterna. Nuestra misión es hacer que cada ser humano se vea habitado y se vea digno”, ha concluido el padre Miguel Márquez.