Estos son los cambios que anuncia el Vaticano sobre cómo se enterrarán a los papas a partir de Francisco
Jorge Mario Bergoglio ha modificado el ritual que se seguirá a partir de ahora para las ceremonias exequiales de un Pontífice: "Funeral de un pastor y no de un poderoso hombre de este mundo”
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Los funerales de los papas difuntos serán los “de un pastor y no un poderoso hombre de este mundo”. Con este fin el Papa Francisco ha simplificado el ritual que se seguirá a partir de ahora para las ceremonias de exequias, tal y como había anunciado el propio Bergoglio en una entrevista concedida a comienzos de este año, con el objetivo de "simplificar y adaptar algunos ritos para que la celebración de las exequias del Obispo de Roma expresara mejor la fe de la Iglesia en Cristo resucitado".
En la nueva edición del 'Ordo Exsequiarum Romani Pontificis' que se ha hecho público por el Vaticano este miércoles, 20 de noviembre, se recoge la eliminación de enterrar a los papas difuntos en un triple ataúd de ciprés, plomo y roble.
A su vez, el documento vaticano introduce que la constatación de la muerte de un papa no se produzca en la habitación del difunto, sino en una capilla para, inmediatamente después, depositar el cuerpo inerte dentro de un ataúd de madera y cinc con el que será enterrado.
En cuanto a la exposición del cadáver ante los fieles, continuará siendo en el interior de la Basílica de San Pedro, pero ya no sobre el catafalco, y ya no habrá oropeles en las ceremonias. Además, tampoco se colocará el báculo papal junto al féretro durante esta exposición.
En definitiva, el papa será velado y sepultado como cualquier otro católico, con dignidad pero no sobre almohadones.
Otra novedad que incluye 'Ordo Exsequiarum Romani Pontificis' "es la introducción de las indicaciones necesarias para una posible inhumación en un lugar distinto de la basílica vaticana". Como ya adelantó Francisco, quiere ser enterrado en la basílica de Santa María la Mayor de Roma.
Así son los tres pasos que se seguirán tras la muerte de un papa
En esta revisión del Papa Francisco, se mantienen las llamadas "tres estaciones" que marcan los pasos a seguir tras la muerte de un Pontífice, aunque con algunas variaciones.
En la primera estación, se indica que la constatación de la muerte se realizará en la capilla privada del Santo Padre, en lugar de en la habitación e inmediatamente el cuerpo se depositará en el único ataúd de madera con el interior de zinc, antes de ser trasladado directamente a la basílica.
Anteriormente el cuerpo del Papa se trasladaba a la capilla del Palacio Apostólico, ya que allí residía el Pontífice, pero Francisco vive en la residencia de la Casa Santa Marta, por lo que se ha eliminado este paso.
En la segunda estación, puesto que la deposición en el féretro ya ha tenido lugar tras la constatación de la muerte, el féretro se cierra la víspera de la misa exequial, pero no en un catafalco como había sido hasta ahora y tampoco se colocará el báculo papal junto al féretro durante esta exposición.
Por último, en la tercera estación, que incluye el traslado del féretro al sepulcro y el entierro, se elimina la tradición de enterrar a los papas en tres ataúdes: "uno de ciprés, un segundo de plomo y un tercero de roble y otro de madera”.
Además, siguiendo el modelo de los funerales de obispos, durante las ceremonias religiosas se usarán títulos más sencillos, como “papa", “obispo de Roma” y “Pastor” eliminando, por ejemplo, "Romano Pontífice”.
Aunque se mantiene la figura del camarlengo, la persona que se ocupa de varias cuestiones en ausencia del Papa, se ha eliminado la llamada “Cámara Apostólica”, un colegio de eclesiásticos que asiste al cardenal camarlengo durante la gestión de la Sede Vacante.