La historia de sor Patricia y sor Cinzia: medio siglo siendo monjas en la India
Sor Patricia y sor Cinzia pertenecen a la Congregación de las Pías Discípulas del Divino Maestro en la India
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La historia sor Patricia y sor Cinzia, dos religiosas indias que han celebrado sus 50 años de vida dedicada al Señor
La iglesia en Bandra, uno de los barrios de Bombay, se ha vestido de gala este fin de semana para conmemorar el 50 aniversario de la vocación de dos religiosas que sirven en la zona.
Son sor Patricia Fernandes y sor Cinzia Gonsalves. Tienen 73 y 75 años respectivamente. Ambas pertenecen a la Congregación de las Pías Discípulas del Divino Maestro y pronunciaron su primera profesión de fe en 1969.
Desde aquel momento, jamás han dejado de responder a la llamada de amor del Señor, dijo durante la celebración el obispo auxiliar de Bombay, monseñor Dominic Savio Fernandes.
La misa de acción de gracias por estos 50 años de fecundo servicio a la Iglesia en la India se llevó a cabo en la capilla de Prartanalaya, un lugar de culto de la congregación, que para la ocasión fue decorado con flores amarillas y cintas doradas y brillantes, simbolizando la llama del amor, que arde por Dios.
Las dos provienen de familias religiosas de la archidiócesis de Bombay, y comenzaron a frecuentar la Iglesia desde pequeñas. Sor Patricia es la menor de ocho hermanos, y cuenta que, a la hora de madurar su vocación, tuvo muy en cuentra el ejemplo que le daban sus padres: su compasión, su enseñanza, la misa diaria y el rezo del Rosario en familia. Todo ello resultó fundamental a la hora de dar el paso definitivo de ingresar en el convento.
Sor Patricia es, además, una excelente pintora. Su servicio a la Iglesia se ha desarrollado en la India, pero también en el exterior, con varios años en Roma y en Rímini.
Por su parte, sor Cinzia es formadora de novicias, y ha trabajado siempre al servicio del clero indio. Primero en las oficinas de la Conferencia Episcopal India y en la Nunciatura de Delhi, y después, ejerciendo durante 14 años como secretaria del obispo de Bangalore.
Se dice que la vida de una persona religiosa es como la construcción de una catedral. Una vez que se han colocado fundamentos sólidos, el edificio crece lentamente, explicaron las provinciales de su Congregación durante la fiesta. Parafraseando al Evangelio, se podría decir que estas dos religiosas edificaron su casa sobre roca, y por eso han podido preservarla durante 50 años. Enhorabuena a las dos.