La Iglesia Ortodoxa ucraniana condena la guerra en el país y rompe relaciones con el patriarcado ruso

La Iglesia Ortodoxa de Ucrania ha acordado esta ruptura asegura que la guerra atenta contra la integridad territorial y la soberanía del país

La Iglesia Ortodoxa ucraniana condena la guerra en el país y rompe relaciones con el patriarcado ruso

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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La Iglesia Ortodoxa ucraniana unida a Moscú rompe la relación con el patriarcado ruso. Una decisión que ha tomado como consecuencia de las discrepancias existentes sobre la invasión rusa en el país, respaldada por el patriarca de Moscú, Kirill. Por ello, el sínodo de la Iglesia ucraniana, encabezado por el metropolita Onufry proclamó su plena autonomía del patriarcado de Moscú.

Tras el ataque lanzado por el Kremlin el pasado 24 de febrero, muchos metropolitas, obispos y sacerdotes de esta Iglesia ucraniana vinculada durante siglos al Patriarcado ruso dejaron de mencionar, según la tradición ortodoxa, el nombre del Patriarca Kirill de Moscú.

La ruptura que se ha producido en las últimas horas es muy grave en el universo ortodoxo prorruso, y que podría tener consecuencias para el mundo cristiano. El sínodo presidido por el metropolita Onufry emitió un comunicado en el que afirma que ya no puede seguir aceptando las declaraciones de Kirill en apoyo de la guerra, que atentan contra la integridad territorial y la soberanía de Ucrania.

El sínodo ortodoxo ucraniano procedió inmediatamente a modificar el estatuto de su propia Iglesia, para adecuarlo a la autonomía proclamada. Hasta el momento no ha habido ninguna reacción ni del Patriarcado de Moscú ni del Metropolita Epifanios, cabeza de la Iglesia autocéfala ucraniana, leal al Patriarcado Ortodoxo de Constantinopla.

Tras estos últimos acontecimientos, muchos se preguntan sobre una posible ósmosis entre las dos Iglesias ortodoxas ucranianas. Como explican fuentes bien informadas de Kiev, todo dependerá de la capacidad de los dos primados ortodoxos para moderar sus ambiciones y egoísmos personales, incluyendo la posesión de diversas propiedades, especialmente las de la recién constituida Iglesia “autónoma” ucraniana.