El importante papel de los obispos en la superación de la crisis de Bolivia
Los obispos de Bolivia juegan un papel importante en la crisis que se ha producido tras la salida de Evo Morales
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Los obispos de Bolivia están ejerciendo un importante papel en la superación de la grave crisis institucional que vive su país. Una situación que se produce tras las últimas elecciones, bajo sospecha de fraude, y la salida de Evo Morales.
Los primeros acuerdos alcanzados para negociar el futuro pacífico de Bolivia han salido adelante gracias, entre otras cosas, a la confianza que la mayoría del pueblo mantiene en la Iglesia católica, la única que ha sido capaz de reunir a las autoridades actuales y a los partidarios de Evo Morales.
Al final de su Asamblea Extraordinaria, recién terminada, los obispos han enviado un mensaje de paz en el que invitan a los bolivianos a acoger la celebración de la Navidad con espíritu de alegría y a convertirse en portadores de esperanza y reconciliación. En este mensaje reconocen que este año se han vivido momentos extraordinarios en el país.
Hemos sufrido violencia, dicen los obispos, manipulación de conciencias, corrupción política y mentiras institucionalizadas. También hemos sido testigos del renacimiento de formas de racismo que han creado división y resentimiento. Sin embargo también se han visto protestas pacíficas y resistencia en las calles, la demostración pública de fe y la confianza en la oración, signos que, a su juicio, permiten esperar días mejores para su país.
En su carta apuestan por construir una Bolivia unida, en el Dios de la vida, más allá de las legítimas diferencias, e insisten en que es más lo que nos une que lo que nos separa. El proceso de transición, después de la renuncia de Morales el 10 de noviembre, no está exento de riesgos. La presidenta interina, Jeanine Añez, tiene el mandato de celebrar elecciones libres y limpias lo antes posible, pero la situación sigue siendo difícil. Por eso los obispos recuerdan en esta Navidad que los bolivianos tienen una historia común y una tarea común, que es construir una Bolivia con justicia y progreso, y apelan a la fe en Jesucristo, compartida por una gran mayoría del pueblo, como motor de reconciliación y de cambio.