Jacinto Vera, primer obispo de Uruguay, será beatificado el 6 de mayo

Jacinto Vera, primer obispo de Uruguay, será beatificado el 6 de mayo

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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La Conferencia Episcopal de Uruguay (CEU) ha anunciado que la ceremonia de beatificación del siervo de Dios Jacinto Vera tendrá lugar en Montevideo el próximo 6 de mayo y será oficiada, en representación del Papa, por el arzobispo de Brasilia, el cardenal Paulo Cezar Costa. La fecha elegida se corresponde con la del día de su fallecimiento («dies natalis» para el Cielo), acaecida el 6 de mayo de 1881 en Pan de Azúcar (departamento de Maldonado) en plena misión apostólica.

«Será un acontecimiento memorable en la historia de nuestra Iglesia», dicen los obispos uruguayos en una nota de prensa, en la que subrayan que el nuevo beato «guio a nuestra Iglesia en tiempos difíciles», despertando al final de sus días «una admiración unánime de la sociedad de su época, aun de sus mismos adversarios, como quedó plasmado en los homenajes tributados a su muerte».

Hijo de inmigrantes canarios

Jacinto Vera era hijo de inmigrantes canarios que llegaron a América en 1813. Nació el 3 de julio de ese año frente a las costas de Brasil en un barco que se dirigía a Uruguay. A los 19 años decidió ser sacerdote y marchó a estudiar a Buenos Aires, pues en Uruguay no podía formarse. Celebró su primera misa en la capital de Argentina el 6 de junio de 1841 y luego regresó a su país. Después de casi dos décadas de trabajo parroquial, en 1859 fue nombrado vicario apostólico de Uruguay, recibiendo la ordenación episcopal en Montevideo el 16 de julio de 1865. La diócesis de Montevideo, que abarcaba todo Uruguay, fue creada como tal en 1878, convirtiéndose el 13 de julio de ese año en su primer obispo. Ocho años antes, en 1870, acudió a Roma para participar en el Concilio Vaticano I.

Los obispos uruguayos subrayan la gran labor de evangelización del futuro beato, recorriendo en misiones apostólicas todo el país. «Padre de los pobres, amigo de sus sacerdotes, fue promotor del compromiso de los laicos cristianos en la vida de la sociedad de la época», afirman. El obispo Vera fundó el seminario y promovió la llegada de numerosas congregaciones religiosas al país.

Milagro

El milagro que ha hecho posible su subida a los altares es la curación de una niña de 14 años gravemente enferma a causa de una infección producida tras someterse a una operación de apendicitis. La joven estaba a las puertas de la muerte y tanto ella como su familia se encomendaron a la acción intercesora del siervo de Dios. La inexplicable curación acaecida horas después tuvo lugar el 8 octubre de 1936.

La Iglesia uruguaya celebró en 2013 el bicentenario del nacimiento del obispo Vera. «Hoy recordamos a quien fue capaz de llenar con la alegría de Cristo el Uruguay entero», dijo en su homilía en la catedral de Montevideo el entonces obispo auxiliar Sturla. El primer obispo del país, se recordó entonces también, «misionó hasta los rincones más apartados de la República para que los uruguayos conocieran la frescura de vida y de gracia evangélicas que manan del Corazón de Cristo». Sus restos están enterrados en la seo capitalina.