Los extremistas judíos vuelven a la carga contra la comunidad cristiana de Jerusalén
La Asamblea de Ordinarios Católicos de Tierra Santa condena la agresión perpetrada por los radicales en un restaurante armenio de la Ciudad Vieja
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El recrudecimiento de la violencia entre israelíes y palestinos en los últimos días ha dejado en segundo plano un nuevo episodio de hostigamiento por parte del nacionalismo judío contra la comunidad cristiana de Jerusalén. La agresión ha sido condenada por el Patriarcado Latino en nombre de la Asamblea de Ordinarios Católicos de Tierra Santa.
Los hechos tuvieron lugar en la tarde del 26 de enero, cuando un grupo de colonos israelíes, «portando banderas, cantando y gritando», entraron en la Ciudad Vieja por la Puerta Nueva y comenzaron a hostigar a los clientes de un restaurante de la zona y a destrozar su mobiliario y el de los comercios cercanos. Tras ser avisada, la policía tardó una hora en llegar y poner fin a la agresión, que tuvo lugar en la calle que conduce al Santo Sepulcro, en el barrio cristiano, donde hay numerosos monasterios e iglesias.
«Es prioritario que las autoridades políticas y religiosas trabajen, según la responsabilidad de cada una, para que la vida civil y religiosa de la ciudad recobre mayor serenidad. Jerusalén debe seguir siendo la patria de los creyentes de todas las religiones y no ser rehén de los grupos radicales», dicen los ordinarios católicos de Tierra Santa en su nota. En ella recuerdan asimismo que «este es solo el último episodio de una serie de violencia religiosa que afecta a los símbolos de la comunidad cristiana y más allá». El día de Año Nuevo, sin ir más lejos, dos extremistas judíos destrozaron a plena luz del día una treintena de tumbas del cementerio anglicano del Monte Sion, tal y como quedó recogido en las cámaras de seguridad. La agresión del barrio cristiano también ha quedado registrada por la videovigilancia.
Complicidad
Por su parte, el Patriarcado Ortodoxo de Jerusalén ha pedido que los habitantes de la Ciudad Vieja sean protegidos de unos agresores que lo único que pretenden —denuncia— es cambiar el carácter diverso de la ciudad y su mosaico cultural y religioso. «Permitir que miembros de grupos tan radicales marchen y deambulen libremente por los barrios de Jerusalén mientras están armados y declaran tener intenciones criminales, se considera cómplice del ataque y muestra indulgencia no deseada con los criminales», dice su declaración.
El ministro de Seguridad Nacional del nuevo gobierno de Benjamin Netanyahu, Itamar Ven-Gvir, es un nacionalista acusado de discriminar a los cristianos e incitar a la violencia contra ellos. Líder del partido Otzma Yehudit («Poder Judío»), de extrema derecha, el dirigente ha defendido en el pasado a miembros radicales implicados en atentados contra iglesias cristianas.